La flecha de El Rompido, junto a El Portil.
Historia | segunda guerra mundial

El gran impostor

La operación 'Mincemeat' logró engañar a las fuerzas de inteligencia nazis mediante un cadáver falso varado en la costa española

jaime jesús guerrero

Domingo, 27 de abril 2014, 07:19

El punto bélico de inflexión más importante propiciado durante la Segunda Guerra Mundial tiene su inicio en España. La operación Mincemeat, u operación Carne Picada traducido al español, es una estrategia militar que las fuerzas británicas llevan a cabo con el objetivo de engañar a ... los nazis. Para ello, se desarrolla como idea principal la de elaborar unos documentos erróneos que llegasen a manos alemanas para proporcionar una información falsa que despistase de los planes reales a las SS.

Publicidad

Ewen Montagu, quien ya estuvo durante la propuesta de un plan similar de lanzar un cadáver con el paracaídas mal abierto en Francia, rescató el planteamiento original para elaborar otro distinto y más creíble. Con la ayuda de un médico forense y sin el consentimiento de la familia del fallecido, deciden tomar un cuerpo de la morgue del hospital St. Pancras. El cuerpo presentaba unas patologías muy similares a las de un ahogamiento ya que falleció de una neumonía producida por la ingesta de un matarratas, por lo que los pulmones de aquel varón de 34 años se encontraban encharcados.

Pusieron sus restos en hielo seco para lograr una conservación óptima mientras desarrollaban los papeles y datos que este hombre iba a transportar consigo. Le hicieron su respectiva documentación personal y se inventaron su nueva identidad, creando al comandante William Martin, de los Royal Marines. La operación consistía en ejecutar un supuesto accidente aéreo en las costas españolas con el fin de varar el cuerpo en su territorio, y así lo lograron. Emularon dicho acontecimiento en el Golfo de Cádiz, soltando el cadáver desde un submarino con un chaleco salvavidas puesto y un maletín atado, ya que conocían que en Huelva habitaban un buen número de agentes alemanes y sabían de su buena relación con las autoridades del país.

El Eje 'pica el anzuelo'

España, que a pesar de declararse neutral colabora con las fuerzas germanas con la División Azul, da parte a Hitler, con quien simpatizaba el gobierno de la época, del descubrimiento que hace un pescador de Punta Umbría sobre un oficial inglés muerto en las playas de El Portil. El forense onubense que llevó a cabo la autopsia picó el anzuelo tal y como lo planearon los británicos y las informaciones que transportaba el supuesto militar se ceden a los cuerpos de inteligencia del Eje. Estos los reciben como documentación veraz y reparten sus operativos entre las zonas que, según los papeles falsos, iban a producirse los ataques de los aliados.

Y así, finalmente, redistribuyen sus efectivos de tal forma en la que los ingleses centran la gran mayoría de sus esfuerzos en Sicilia, enviando a Cerdeña y a los Balcanes otras tropas de despiste para hacerse con la isla italiana. Esto supuso un punto de inflexión a partir del cual el ritmo de batallas perdidas de Italia y Alemania aumenta de tal manera que se inicia la remontada de los Aliados hacia el fin de la era nazi en Europa.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad