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pilar vidal
Jueves, 28 de mayo 2020, 00:17
Ha pasado un año desde que Sara Carbonero hiciese público que le habían operado de un tumor maligno de ovario. La noticia dejó a todos en shock sobre todo porque llegaba dos semanas después de que su marido, Iker Casillas, sufriese un infarto durante un ... entrenamiento con el Oporto en mayo de 2019. Durante todos estos meses ha seguido un duro tratamiento y las pertinentes revisiones que la han obligado a viajar hasta Madrid, para acudir a la Clínica Ruber Internacional donde está siendo tratada. Quizás porque lo peor ya ha pasado y no ha perdido el optimismo en ningún momento, ha decidido naturalizarlo y compartir públicamente su nuevo pelo corto a lo chico, efecto secundario de las sesiones de quimioterapia que todos los enfermos de cáncer sufren. Aunque algunos quieran disfrazarlo de cambio de 'look', no es cierto.
Lo único que ha querido Sara con 36 años es dejar de ocultarse en un pelo que no era el suyo, y por eso era de esperar que recibiese halagos y mensajes de ánimo. Sin duda esta imagen tan real sirve de ejemplo para otras muchas mujeres con cáncer. En la fotografía de Instagram, que ya ha recibido casi 300.000 likes, aparece en su casa de Oporto, sentada en una escalera, y con el mensaje de 'Boa tarde' (buenas tardes en portugués), junto a los hashtags #vamosaporlasemana #la calma #Porto #slowlife.
«Y no hay luz más bonita que la tuya. Love you siempre, comadre», le ha escrito su gran amiga y presentadora de Informativos Telecinco, Isabel Jiménez, aunque no ha sido la única que ha resaltado la belleza de Carbonero. Paula Echevarría que hace poco la visitó en Oporto, le dice: «Pero qué guapa estás, joía». Y Cristina Pedroche confesó en el programa Zapeando (La Sexta) que la imagen había tocado la fibra a todos los espectadores.
La periodista y su familia están a punto de cumplir cinco años en Oporto. Allí gozan de una vida tranquila, alejada del foco mediático y sobre todo es un lugar idóneo para sus dos hijos, Lucas y Martín, de 4 y 6 años, que disfrutan de la playa y de la naturaleza que les envuelve. Durante este último año, Sara ha dejado aparcados sus compromisos profesionales, pero ha seguido muy activa en redes sociales donde comparte fragmentos literarios y pensamientos positivos. Durante la crisis del Covid-19, no ha querido olvidar su papel de embajadora de Unicef y por eso donó 22.264 pares de guantes y 26.934 mascarillas respiratorias para prevenir el contagio y la expansión del virus.
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