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Joaquina Dueñas
Martes, 27 de febrero 2024, 14:10
De nuevo un oficio religioso, esta vez en memoria del rey Constantino, hermano de la reina Sofía, ha vuelto a propiciar un acercamiento entre Felipe VI y su padre. Si el año pasado, en el cementerio de Tatoi, donde reposan los restos mortales de los ... miembros de la monarquía griega, las cámaras captaron un afectuoso beso entre padre e hijo, este martes, en Windsor, tras el servicio de acción de gracias por Constantino de Grecia, fallecido el 10 de enero de 2023, pudo verse a don Juan Carlos y su hijo dedicarse gestos de complicidad, hasta el punto de que el emérito se apoyó en el Rey para abondonar la capilla de San Jorge y subirse al coche. La imagen escenifica la reconciliación entre ambos tres años y medio después de que don Juan Carlos fijara su residencia en Abu Dabi y abre la puerta a un posible regreso del emérito a España. Dentro, en el templo donde en su día se casaron el príncipe Enrique y Meghan y hoy descansan los restos de la reina Isabel, don Juan Carlos ocupó asiento junto a la reina Letizia en el tercer banco, en el que también siguieron el oficio las infantas Elena y Cristina. Mientras, la reina Sofía se sentó en el primer banco, junto a su cuñada Ana María, su hermana Irene y sus sobrinos.
Ejerció como anfitriona la reina Camila, ante la ausencia del rey Carlos, en tratamiento de un cáncer no especificado. Con ella llegó al tempo la reina Ana María. Ambas fueron recibidas por el dean de Windsor. El acto religioso supuso el reencuentro de la familia del Rey desde el pasado 20 de diciembre, cuando se citaron para celebrar el 60 cumpleaños de la infanta Elena en un restaurante de Madrid. Los Borbones arroparon a la viuda de Constantino y el resto de la familia helena, encabezada por el príncipe Pablo, actual jefe de la casa real griega, junto a su esposa, Marie Chantal. Con ellos, Alexia y Carlos Morales, Nicolás y Tatiana Blatnick, Teodora y Matthew Kumar y el príncipe Felipe con Nina Flohr.
Muestra del cariño que despertaba Constantino fue la presencia de numerosas casas reales que, un año después de su muerte, se sumaron a la cita. La princesa Benedicta de Dinamarca, hermana de Ana María; el príncipe Constantino de los Países Bajos, Kyril de Bulgaria, Alexander y Katherina de Serbia y los príncipes Noor, Hassan Bin Talal y Sarvarh El Hassan de Jordania. Desde Alemania viajaron los príncipes Gustavo, Carina y Alexandra zu Sayn-Wittgenstein-Berleburg.
El acto contó también con una amplia representación de la familia real británica, más allá de la reina Camila. La princesa Ana, Tim Laurence, Zara Philips y Mike Tindall, el príncipe Andrés con su exmujer, Sarah Ferguson, y su hija Beatrice con Edoardo Mapelli, así como los duques de Glouchester, el duque de Kent y los condes de San Andrés.
Tan concurrida fue la cita que llamó la atención la ausencia del príncipe Guillermo, ahijado del homenajeado, que fue baja en el último momento. De hecho, se esperaba que leyera unas palabras. La revista Hello ha informado de que el propio príncipe de Gales transmitió su ausencia personalmente a la familia real griega «por motivos personales». Un cambio de última hora que sembró dudas sobre la evolución de la salud de la princesa Catalina, lo que ha llevado al Palacio de Kensington a aclarar que la esposa del heredero progresa adecuadamente en su recuperación.
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