El funeral de Constantino propicia el reencuentro de la familia de Felipe VI

La llegada de los tres hijos varones de Constantino y Ana María, Pablo, Nicolás y Felipe, a la plaza de la catedral a las diez de la mañana puso en marcha la ceremonia del adiós al hombre que reinó Grecia durante nueve años (entre marzo de 1964 y junio de 1973). El féretro con los restos mortales fue conducido en cortejo desde la capilla de San Eleuterio hasta el altar mayor de la catedral de Atenas y velado durante unos minutos por quien ya es el jefe de la casa real helena y sus dos hermanos.

Los familiares y miembros de la realeza no se hicieron esperar. Fue Nicolás, al principio, el encargado de recibir a los invitados al final de la escalinata del templo ortodoxo en el que en su día contrajeron matrimonio Constantino y Ana María, y años antes los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía. Fueron ellos, precisamente, de los primeros en llegar. Lo hicieron acompañados de sus hijas, las infantas Elena y Cristina, y sus nietos Felipe Juan Froilán, Victoria Federica, Pablo Nicolás, Juan Valentín, Miguel e Irene. Con ellos también llegó la princesa Irene de Grecia, la hermana pequeña de Constantino.

Sorprendió que don Felipe y doña Letizia se borraran de esa foto de familia, también que sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, no se sumaran al cortejo fúnebre. Los Reyes accedieron al templo más de media hora después. No obstante, el adiós de Constantino propició el reencuentro de la familia de Felipe VI. Hay que retrotraerse hasta el 2 de noviembre de 2018 para encontrar una imagen parecida; entonces, para celebrar el 80 cumpleaños de la reina Sofía. Más reciente en el tiempo, en el funeral por la infanta Pilar, hermana mayor de don Juan Carlos, en enero de 2020 en el Escorial, los Reyes también coincidieron con los eméritos y con las infantas Elena y Cristina. Y en otro funeral, en septiembre pasado en memoria de Isabel II, se produjo el reencuentro público entre Felipe VI y su padre desde que el emérito se exiliara de forma voluntaria a Abu Dabi.

Los reyes Felipe y Letizia, que fueron recibidos con un gran abrazo a las puertas de la catedral por parte del flamante 'rey' Pablo, ocuparon asiento junto a los miembros de la realeza, en uno de los lados del féretro; en el otro, reservado para los familiares directos de Constantino, arropando a Ana María y sus hijos, se sentaron los eméritos, las infantas Elena y Cristina y algunos de sus hijos, por lo que en ningún momento hubo imagen de toda la familia del Rey –que no Familia Real– junta. Quizás sí, pero en privado, la noche anterior en la cena que hubo en el hotel King George.

Congregó el templo ortodoxo a las cabezas coronadas de Dinamarca, Suecia, Países Bajos y Bélgica. Margarita de Dinamarca, hermana de la reina Ana María, llegó acompañada de sus dos hijos, los príncipes Federico y Joaquín. Junto a Guillermo y Máxima de los Países Bajos, y la princesa Beatriz, también acudieron a despedir a Constantino Felipe y Matilde de Bélgica, Carlos Gustavo y Silvia de Suecia, los príncipes Haakon, Mette Marit y Marta Luisa de Noruega, la princesa Ana de Inglaterra, Alberto de Mónaco, Cristian de Hannover, Noor de Jordania y la gran duquesa rusa María.

Oficiada la ceremonia, entre sollozos y muy afectado, Pablo, rodeado de toda la famila real griega, deseó «buen viaje» al último monarca heleno. La comitiva se trasladó entonces al cementerio real de Tatoi, donde Constantino fue enterrado junto a sus antecesores. Descansa entre reyes.