Adiós al marqués que enamoró a Esther Koplowitz y Marta Chávarri

Abogado de profesión, estudió en Deusto, fue consejero y vicepresidente del Banco de Extremadura , de FCC, Realia Business y ejerció la vicepresidencia de Sogecable. Al igual que su hermano Carlos también estuvo ligado al mundo vitivinícola. En 2010, el grupo bodeguero Eguren–con seis bodegas riojanas– le nombró consejero independiente, una responsabilidad que ha seguido ejerciendo hasta el final.

Consiguió lo que muchos anhelan, preservar su intimidad a pesar de haber copado durante años las revistas del corazón por su matrimonio con la socialité Marta Chávarri, con la que estuvo casado desde 1982 hasta 1989 y tuvo su único hijo, Álvaro Falcó Chávarri de 36 años que heredará su título de marqués de Cubas. Salió tan escarmentado de aquellos círculos sociales que apenas conservó ningún amigo. Fernando Falcó se distinguió también por ver el lado positivo a las cosas. «Disfrutaba de todo y además era agradecido, algo poco habitual. Le privaba comer bien y aunque estuviera muy enfermo no decía no a una buena comida», cuenta una persona cercana.

Encontró la paz en las letras y profundizaba en la filosofía, enseñanza de la que recibía clases hasta hace unos meses.

Como sevillano de cuna, adoraba el flamenco y lo bailaba muy bien además de pasarse horas escuchando cante jondo. Hizo famoso a Los del Río a los que invitaba a su caseta de la feria cuando aún no eran conocidos y estos le dedicaron una sevillana. Amante de los coches, fue presidente del RACE desde 1976 hasta 2002, y desde 2012 era el presidente de su Fundación. Hasta hace unas semanas seguía conduciendo por las calles de la capital alguno de sus vehículos.

En 1998 el destino quiso que se encontrara con la empresaria Esther Koplowitz, marquesa de Casa Peñalver. Ambos comenzaron una historia de amor que terminó hace tiempo. Pero aunque llevaban más de diez años separados seguían viviendo bajo el mismo techo y Esther ha cuidado de él hasta el último momento durante la enfermedad. Lo suyo era una relación que estaba por encima de todas las normas. Se casaron el 7 de junio de 2003 en una ceremonia íntima en la finca de ella en Ciudad Real. La prensa se enteró una semana después y alguien les hizo llegar una instantánea del feliz momento que pasará a la historia.

Su sentido del humor y su nobleza enamoró a toda la familia de la empresaria, hijas y nietas que hoy lloran en silencio su vacío. «Fernando era un hombre muy excepcional. Enormemente noble, incapaz de hacer daño a nadie», recuerda Esther Koplowitz a este periódico. A pesar de la fama de mujeriego que le precedía, a ella le guardó siempre lealtad y fidelidad y la empresaria nunca ha querido quitarse el anillo de boda.

Hasta el tanatorio madrileño de La Paz acudieron para despedirle su sobrina Xandrá Falcó, que además de perder a su padre también enviudó hace un mes, y su hermano Manuel. Alonso Aznar, amigo del hijo del marqués y sus padres, el ex ministro Jaime Mayor Oreja o Natalia Figueroa, esposa de Raphael, también se acercaron para expresar sus condolencias a la familia.