La moda española brilla gracias a Teresa Helbig y Pedro del Hierro

Una clase magistral de marketing que dio paso al delicioso trabajo artesanal de Teresa Helbig. La catalana creó su propio jardín de nudos con mucho mimo y dedicación -algunas piezas llevaron más de cuatro semanas de trabajo-. Una suerte de entramados de rafia desplumada, cuerda, cordón encerado o tiras de ante en tonos suaves adentran en una romántica noche de verano, en la que se infiltró la actriz Verónica Echegui, pasando de este modo a formar parte de la denominada 'helbigang' (Banda de Helbig): mujeres fuertes, impulsivas y con un punto canalla. La línea ya está a la venta y se adereza con sus primeros bolsos: piezas convertibles en riñonera o bandolera pensadas para viajar con todo lo necesario.

Ulises Mérida fue el siguiente en subir a la pasarela con una colección bañada en la gama cromática propia del horizonte color lavanda donde se funden el cielo -representado por grises plata y azules intensos- y la tierra -escenificada en el mostaza-. El modista continúa con su juego de texturas y volúmenes, con siluetas que mezclan piezas armadas con otras fluidas en un exitoso trabajo de alquimia que no le otorgó tan excelente resultado al peletero Miguel Marinero en su incursión en el textil de la mano de su hijo Nicolás, que tiene piezas muy interesantes, como los vestidos con drapedados armados, pero pierde fuerza con otras con menos gracia. Eso sí, logra su objetivo de llevar a Madrid el verano del continente africano, al que quiere ayudar mediante su colaboración con la ONG África Directo, para la que ha hecho unas camisetas cuyo importe irá íntegramente destinado a un proyecto de escolarización en Etiopía. Ya están disponibles en la web del diseñador por 15 euros.

Llegó el turno de la osada María Escoté, respaldada por la mayoría de los concursantes de 'Maestros de la Costura', programa del que es miembro del jurado, y la presentadora, Raquel Sánchez Silva. La diseñadora celebró el 20 aniversario de 'Las Supernenas' regresando a la época 'chandalera' que abandonó hace un par de temporadas, aunque sin dejar de lado su nueva faceta, con estilismos más elegantes entre los que había sorpresas impactantes, como los trajes de tweed en homenaje a Coco Chanel cuajados de caras de Pétalo, Cactus, Burbuja. Para poner la guinda al pastel, optó por un chándal blanco 'oversize' con velo para cerrar el desfile, dejando perplejo al público.

La sofisticación volvió con Pedro del Hierro. Sin hacer de menos a su compañero Alex Miralles, destaca el trabajo de Nacho Aguayo al frente de la línea de mujer, en la que, tras ordenar los ficheros de la firma, utilizó los colores y patrones del primer desfile de la casa, en 1974, para actualizarlos y mezclarlos con su propio imaginario. La paleta cromática se basa en la propuesta del no al negro, sustituyéndolo por marrones, azules, granates y berenjenas en piezas setenteras y un tanto barrocas, con importantes mangas y escotes 'deshombrados'. Llaman la atención las distintas versiones de la clásica capa española para cubrir sus deseados trajes de noche de siluetas rotundas pero ligeros, de los que quisieron tener los detalles un buen puñado de rostros populares, como Ana Boyer, Inés Sastre o Eugenia Silva, que se apretaron en la primera fila para ver desfilar a las 'tops' Blanca Padilla y Carmen Kass.