La sastrería coge medida a la moda española

Roberto Verino, siempre buscando la mejor manera de llegar al comprador, presentó su nueva propuesta en la emblemática Casa de la Panadería de Madrid, en plena Plaza Mayor, con un novedoso formato en el que transformó el Salón Real en un improvisado 'backstage' para amigos de la marca y amantes de la moda. Uniendo lo histórico y lo actual en un mismo plano, el modista gallego presentó su propuesta mientras tenía lugar la sesión fotográfica de su catálogo.

El objetivo era que los clientes pudiesen reservar las prendas a través de una plataforma digital propia con la asistencia del diseñador y su equipo de estilistas. Con esta acción, Roberto Verino pretende ofrecer una nueva forma de comprar fuera del tradicional punto de venta pero manteniendo la atención cercana y el trato personalizado. Su colección Legado es una mirada hacia adelante, a lo que está por llegar. Se construye con la intención de caminar hacia un mundo atento y pausado que valora las cosas bien hechas, la dedicación y el respeto a la calidad. Una colección pensada, como es habitual en la marca, como fondo de armario y una forma de entender la moda para el día a día. Prendas atemporales para jugar con otras deportivas o mucho más temporales.

Otrura juega en otra liga. La del lujo en su más amplia expresión. La joven firma, formada por Verónica Abián y Sergio Lázaro, cuenta con el impagable bagaje del madrileño, que estuvo más de una década en «las tripas» de Hermés tras pasar por Christian Dior y Etro. De ellos aprendió el virtuosismo técnico y la complejidad del buen patronaje.

Pero partir de cero con su propia marca hizo que tardasen un par de años para encontrar a los artesanos adecuados. Por esa razón, no fue hasta hace año y medio cuando, tras dar con un taller en Italia de calzado masculino que se adaptaba a sus necesidades, cuando su primera colección vio la luz. Poco después consiguieron que Leiva dejase de calzar Jimmy Choo para caminar sobre Otrura, que creó un modelo abotinado especial para el músico, cuyo precio supera los 1.000 euros por más de 60 horas de trabajo manual. De ahí a la pasarela el año pasado de la mano de Oteyza, con una colaboración en el Teatro Español. Ahora ya pueden presumir de tener talleres en Madrid -para el calzado femenino-, Toledo -camisería-, Ciudad Real -costura- y la sastrería en Valencia, de donde es originaria Abián.

Ambos gustan de cuidar los detalles, pero todos con una función, como la firma que hay en la etiqueta de cada prenda perteneciente al último artesano que ha trabajado en ella. Un modo de que, con la sostenibilidad social en mente, el cliente pueda ir con el paso de los años al taller para arreglar o trasformar la pieza y no dejar que muera. Una señal más de que es una firma que no va «al ritmo del calendario de la moda, sino del cliente». Crear ropa duradera que huye del exhibicionismo, para dejar paso al disfrute personal.

Defensores de los códigos impecables de la sastrería tradicional no renuncian a la sensualidad en ropa sin género que reniega de la sobreproducción al confeccionar solo bajo pedido. «Otrura nace con la visión de ser una casa de moda global basada en la excelencia de los oficios dentro de un lenguaje estético y conceptual contemporáneo», enfatizan Abián y Lázaro, que este año potencian la versatilidad de prendas sobrias con mucho encanto.

El lunes también mostró su colección para la próxima temporada Otoño-Invierno María Lafuente, con una propuesta de patrones retro futuristas y fluidos compuesta por piezas únicas elaboradas con las lonas del proyecto 'Vestir El Prado' que han decorado su fachada durante las celebraciones del bicentenario de la pinacoteca. Se usan también tejidos procedentes de neumáticos reciclados y de botellas 'pet'.