A todo color

Esta primavera (casi) todo vale. Siempre y cuando tenga colores vibrantes, contrastes cromáticos y juguemos al colorblock. Veremos looks en los que cada prenda tiene un color diferente creando una armonía llamativa y seductora. Una tendencia que se recupera de otras temporadas y que promete conquistar todas las miradas.

Amarillos, naranjas, limas... colores que nos recuerdan a las frutas más frescas y cítricas se cuelan esta temporada en nuestro vestuario para darle un toque juvenil, veraniego y muy favorecedor. Estos tonos los veremos tanto en prendas lisas como estampadas y, en estas últimas, predominarán los motivos tropicales, salvajes y frutales. Estos colores quedan especialmente bien a las personas de piel morena y a aquellas que empiezan a lucir bronceado.

Para las personas algo más claras de piel como las rubias o con ojos claros, la paleta de tonos empolvados es la más ideal, aunque, claro está, esto no es una regla estricta y siempre prevalecen los propios gustos personales. Los tonos pastel como los rosas, malvas, lavanda, azules... triunfarán y serán los protagonistas de unos looks más afrancesados y románticos.

Un clásico que nunca falla y que esta temporada vuelve a la carga con más fuerza que nunca. Tanto de forma combinada como en looks monocolor, el blanco y el negro se encargarán de aportar la sofisticación, sobriedad y elegancia a los estilismos tanto del día a día como de noche o fiesta.

Compartiendo protagonismo con el infalible black & white, los tonos neutros como los beige, nude, visón, caqui, tierra... también coronarán nuestro armario durante la primavera. Con ellos obtendremos un amplio abanico de estilismos donde podremos encontrar desde la inspiración safari hasta la más clásica, femenina y atemporal.