La bloguera de los seis millones de euros

Ferragni está de gira como nueva embajadora internacional de Pantene, firma con la que acaparará revistas y marquesinas, algo que para ella será «surrealista». Un sueño más que puede tachar de su lista, en la que además de tener su propia fragancia poco más queda por hacer realidad. Se ha convertido en la primera bloguera en ser portada de la revista Vogue -el pasado mes de abril en la edición española- y ha sido incluida en la lista de Forbes de los 30 creativos menores de 30 años más influyentes, en la categoría de Arte y estilo por su blog, con más de cien mil visitantes diarios, en el que lo mismo te muestra un donut decorado con una cantidad ingente de azúcar, como rincones de su nueva casa en Beverly Hills o la graduación de sus hermanas.

Un éxito sin precedentes que se ha convertido en materia de estudio en Harvard. Y no es para menos. Las cifras que rodean a Chiara dan vértigo y mucha envidia: generó ocho millones de dólares en 2015, el 70% gracias a su línea de complementos, creada en 2010. Unos beneficios con los que ha podido formar un equipo compuesto por 20 personas, entre ellos su exnovio y co-fundador del blog, Ricardo Pozzoli, y su actual pareja, el fotógrafo Andrew Arthur. Acepta ser anfitriona de eventos por 30.000 dólares, frisa los cinco millones y medio de seguidores en Instagram, con unos 5.000 seguidores nuevos al día, y los 266.000 en Twitter. Todo ello en menos de seis años, cuando su hobby se convirtió en su medio de vida.

Desde entonces, ha colaborado con marcas de lujo como Dior, Louis Vuitton, Chanel, Bottega Veneta, Yves Saint Laurent, Valentino, Burberry, Furla, Max Mara y Kenzo. Sonada fue su asociación con Steve Madden, vendiendo más de 16.000 pares de zapatos en sus primeras dos semanas a la venta. En España, ha trabajado para Pronovias y Mango, con la que realizó una colección cápsula. Una buena escuela para su propia línea de complementos. «Empecé a diseñar cuando aún no me seguían millones de personas. Consideré que la mejor opción eran los zapatos. Los hay de 1.000 euros y de 30, ¡y me gustan los dos tipos!». Los suyos se pueden encontrar en más de 200 puntos de venta de 25 países a partir de de 200 euros.

¿Su inspiración? No titubea un segundo: «Mi madre. Siempre he querido ser tan bella como ella», pero aclara que, al contrario de lo que se ha publicado, no fue modelo. «Trabajó de relaciones públicas de Blumarine». Fue su principal apoyo cuando decidió posponer sus estudios de Derecho en Milán «en el momento adecuado», antes de que estallase el 'boom' de la blogueras. Y, porque al contrario que las demás chicas que no llegaron a buen puerto, «nunca he dejado que nadie me diga lo que tengo que hacer y jamás estoy completamente satisfecha. Siempre busco escribir un nuevo capítulo en mi vida».