«Mientras abrazaba a mi primer hijo, supe que estaba perdiendo al segundo»

En el artículo publicado este miércoles, titulado «Las pérdidas que compartimos», la duquesa de Sussex describe con detalle cómo se produjo la pérdida del bebé mientras atendía a su hijo, Archie, de un año, en su casa de Los Ángeles el pasado verano. «Era una mañana de julio que comenzaba tan ordinariamente como cualquier otro día: preparo el desayuno. Alimento a los perros. Tomo las vitaminas. Encuentro ese calcetín perdido. Recojo el lapicero rebelde que rodó debajo de la mesa. Me hago una coleta antes de sacar a mi hijo de su cuna», narra Markle.

«Después de cambiarle el pañal -relata-, sentí un fuerte calambre. Me dejé caer al suelo con él -Archie- en mis brazos, tarareando una canción de cuna para mantenernos a ambos tranquilos. La alegre melodía contrastaba con mi sensación de que algo no estaba bien». La duquesa asegura en el diario neoyorquino que supo «mientras estrechaba en mis brazos a mi primer hijo, que estaba perdiendo el segundo».

Explica que horas más tarde «yacía en una cama de hospital, sosteniendo la mano de mi esposo. Sentí la humedad de su palma y besé sus nudillos, mojados por nuestras lágrimas. Mirando las frías paredes blancas, mis ojos se pusieron vidriosos». «Sentada en una cama de hospital, viendo cómo se rompía el corazón de mi esposo mientras trataba de sostener los pedazos rotos del mío, me di cuenta de que la única forma de comenzar a sanar es preguntar primero: «¿Estás bien?», narra Markle en el artículo.

La exactriz de 39 años, que se casó en 2018 con el príncipe Enrique y tuvo a su primogénito el 6 de mayo de 2019, explica que perder un bebé es un «dolor insoportable» y que ese tema sigue siendo «tabú» y está «impregnado de (una no deseada) vergüenza, que perpetúa un ciclo de solitario duelo».

En el mismo escrito, la duquesa habla de este dramático año en el que se han producido decenas de miles de muertes consecuencia del coronavirus y reflexiona sobre lo que significa compartir con los demás estas tristes experiencias. Recuerda la próxima celebración del Día de Acción de Gracias en Estados Unidos, lugar donde residen, que conllevará el reencuentro de miles de familias que viven habitualmente en diferentes ciudades del país. «Así que este Día de Acción de Gracias - agrega -, mientras planeamos unas vacaciones como nunca, muchos de nosotros separados de nuestros seres queridos, solos, enfermos, asustados, divididos, comprometámonos a preguntarle a los demás, ¿Estas bien?».

La pareja, desvinculada de la vida monárquica británica por decisión propia, vive en California desde la primavera pasada tras haber residido brevemente en Canadá. Ambos compraron una mansión en el exclusivo barrio de Montecito, en Santa Bárbara, una ciudad costera situada a unos 150 kilómetros al noroeste de Los Ángeles, donde pretenden criar con más privacidad que en Reino Unido a su pequeño Archie.