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pilar vidal
Martes, 14 de abril 2020, 00:18
Dinero tienen para tirar la casa por la ventana y comprar otra. Sin embargo, la noticia de que Meghan Markle y el príncipe Enrique han comprado la mansión de Mel Gibson en Malibú por 14,5 millones de dólares (algo más de 13 millones de ... euros) no parece ser cierta si se hace caso a lo que dice el entorno de la pareja. Fuentes cercanas al matrimonio lo han desmentido categóricamente al tabloide británico 'The Sun'. Y Andrea Pilot, la agente inmobiliaria que publicó la venta hace unos días en su Instagram con un nada discreto mensaje («Grandes noticias: el príncipe Enrique y Meghan compran la casa de Mel Gibson»), también lo eliminó en cuanto recibió la llamada de los periodistas. La empresa Compass, encargada de la venta de la mansión, no ha querido hacer comentarios al respecto, aunque sí asegura que la propiedad ha sido adquirida recientemente. La firma se abstiene de dar más detalles porque se han firmado acuerdos de confidencialidad. Quienes conocen la zona aseguran que la mansión es impresionante y que no es de extrañar que los Sussex la hayan visitado y enamorado de ella, pues es muy reservada. Se encuentra en un paraje muy exclusivo, consta de 6.000 metros cuadrados construidos, más otros 20.000 pertenecientes a una parcela con vistas al océano Pacífico. Una lástima que el trato finalmente no haya cuajado, pues el casoplón hubiera concedido intimidad a una pareja que la anhela.
Gibson la compró como inversión en 2008 al también actor David Duchovny, protagonista de la serie de televisión Expediente X, por 11,5 millones de dólares, según consta en los registros de la propiedad. Hace ya dos años que está en venta y, por lo que se ve, el actor no tenía prisa en venderla. No en balde, Gibson atesora una fortuna valorada en unos 425 millones de dólares, parte de los cuales los tiene invertidos en bienes inmobiliarios por todo el mundo.
La de Malibú es una propiedad que consta de cinco dormitorios y cinco baños. El edificio principal fue reconstruido en 1996 después de algunos daños causados por un incendio. Los decoradores importaron elementos antiguos de granjas de Europa y California para darle a la residencia un estilo rústico, además de los techos con vigas y detalles de piedra a la vista. Las puertas y ventanales son de vidrio para no perderse las privilegiadas vistas a un cañón y al mar desde cualquier rincón de la casa.
Cerca de la entrada principal hay una sala de estar informal con una chimenea de gran tamaño. Gibson diseñó varios candelabros repartidos por las estancias de la casa que no están incluidos en el precio de venta, pero se pueden comprar aparte. La cocina cuenta con una barra de desayuno que da a la habitación contigua y una isla central. El dormitorio principal está en un ala privada, tiene una pared decorativa de cuero y amplios ventanales. En el exterior dispone de una casa de invitados, balneario y dos piscinas: una de competición que fue construida por Duchovny, y una más pequeña para niños cerca del solárium. La casa combina paneles solares con suministro eléctrico. La compra también incluye acciones del Costa Beach and Tennis Club, cercano a la propiedad. Algunos medios sostienen que Meghan y Enrique llevan varias semanas en Los Ángeles y están buscando casa. Al principio se interesaron por vivir en el lujoso barrio de Bel Air, pero luego vieron esta mansión y se quedaron prendados. Queda la duda de si la habitarán.
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