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Joaquina Dueñas
Domingo, 1 de septiembre 2024, 12:12
Los medios noruegos criticaron muy duramente la decisión de Marta Luisa y de Durek Verret de vender la exclusiva de su boda a un medio extranjero. Lo que no esperaban en ningún caso era cómo la hija de los reyes Harald y Sonia tenía previsto proteger su acuerdo con la revista '¡Hola!' ('Hello!' en su versión internacional). Los periodistas desplazados para cubrir el enlace quedaban estupefactos cuando al filo de las 13.00 horas del sábado el controvertido chamán dejaba el hotel en el que se alojaba para dirigirse al lugar del enlace cubierto por una sábana. La organización del evento había preparado una inmensa sábana blanca para proteger a los protagonistas de los objetivos.
«Entiendo que la prensa se sentirá decepcionada, pero hemos sido muy claros sobre qué partes estarían abiertas a la prensa en general», explicaron los responsables de comunicación de la boda. Unas medidas de seguridad que provocaron que la boda se retrasase y que buscaban salvaguardar especialmente el secreto mejor guardado de cualquier enlace que se precie: el vestido de la novia. La hija del rey salió escoltada y tapada para evitar ser fotografiada. Sin embargo, tanto esfuerzo fue para nada cuando durante un instante las sábanas que cubrían el paseo real se apartaron y Marta Luisa quedó expuesta.
El canal TV2 Norge captaba el momento en el que se desvelaba por accidente el vestido nupcial, un diseño de corte clásico, blanco de tirantes con escote en V ceñido a la cintura con una gran cola y aplicaciones de flores acompañado por un velo de tul que su hija mayor, Maud Angélic, le retiró antes de dar el 'sí, quiero' a Verret. El cabello recogido lo sujetaba con una espléndida tiara de su propiedad con perlas y espigas a la que tiene un especial cariño ya que fue un reglo de su abuelo, el rey Olav, cuando cumplió los 18 años.
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Quizás fue ese descuido lo que animó a la pareja a salir a saludar a los noruegos después de convertirse en marido y mujer, con lo que se pudo ver a Marta Luisa y a Durek radiantes y enamorados luciendo sus alianzas recién estrenadas. Un gesto que, sin embargo, no calmó a los medios noruegos que calificaron de «triste» la situación. El secretario de la Asociación de la prensa noruega explicaba que «parece un poco triste y da una señal de que de esa manera el público quedará excluido. No se ve bien desde nuestro punto de vista, que estamos prohibidos. Eso es lo que se temía».
Las decisiones de Marta Luisa y de su marido siempre han sido controvertidas y el temor de los noruegos es que puedan afectar a la popularidad de los reyes Harald y Sonia, así como a la del heredero, Haakon y su esposa Mette Marit, que afrontan sus propios problemas a cuenta de las andanzas del hijo de ella, Marius Borg, acusado de agredir a su novia y del que no hubo ni rastro en el gran día. Sin embargo, la crónica de 'NRK', uno de los principales medios del país, recoge que «la familia real fue recibida con aplausos y felicitaciones cuando desembarcó en Geiranger. Antes de abandonar el barco real posaron para una fotografía que fue compartida con toda la prensa». Toda una ofrenda de paz, dadas las circunstancias.
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