Locura

A la locura siempre se la ha dejado muy sola. Por un absurdo miedo al contagio, imagino. Pero, para bien o para mal, vivimos tiempos de darle la vuelta a todo y ahora la salud mental tiene hasta su propia fecha en el calendario y una lista interminable de pretendientes dispuestos a comprometerse con ella. Muchos solo de boquilla, es verdad. Pero algo es algo. Los especialistas conocen bien el poder terapéutico de la palabra cuando se trata de expresar un desvarío. Y si hablar no cura la locura, al menos señala el camino.

Que estos días muchos personajes públicos hayan hablado de salud mental es alentador. Por más que algunos cuando ponen el foco sobre un tema candente aprovechan lo candente para arrimar el ascua a su sardina. No sabes si lo hacen pensando en lo que ellos pueden aportar a la salud mental o en lo que la salud mental puede aportar a su imagen. Es el caso de las cuñadas mal avenidas Kate Middleton y Meghan Markle, que hasta en esto han rivalizado.

Empeñada en ponerse en el lugar de los que sufren, Kate ha ejercido de reportera (cualquier día ejerzo yo de princesa de Gales, ya que parece intercambiable) y ha entrevistado a personas con problemas mentales. Pero Meghan, que en populismo tiene un máster, ha ido más lejos. Ella ha unido locura, feminismo y (su especialidad) victimismo. Que si la han llamado loca e histérica, que si Harry la envió al psicólogo... Solo le ha faltado añadir: «La salud mental 'c'est moi'».