Irene Montero: «En relaciones de pareja soy conservadora»

Y sorprende, claro que sorprende, que una mujer tan celosa de su intimidad se abra en canal para hablar de moda, que «no es siempre impostura, también es una forma de expresar cómo eres»; de los escraches que sufre -ella lo llama acoso- en los alrededores de su chalet en Galapagar, que «es de lo que más me ha afectado», y de su relación con Iglesias, que, dice estar convencida, nunca le ha sido infiel. «Quien se inventa esas cosas no conoce nuestra vida. Cualquiera que vea nuestra rutina se reiría mucho, como les ocurre a nuestros escoltas y a la gente que trabaja con nosotros».

Dice que todos los contratiempos que sufren les están uniendo como pareja. «No somos indiferentes a las situaciones de tensión, pero también puede fortalecer el proyecto común, porque te hace reflexionar sobre el sentido de permanecer juntos, el sentido de la familia y la importancia de los amigos», asegura a la revista, en la que niega que Iglesias sea un macho alfa: «Forma parte de la intencionalidad de construir una imagen determinada. A Pablo es fácil juzgarlo. No solo ha mostrado autoridad como secretario general, sino que ha sido el primer político que ha cogido tres meses un permiso de paternidad para cuidar a dos hijos prematuros mientras su compañera cumplía con sus tareas laborales».

Irena Montero, progresista confesa, también es conversadora «en algunos aspectos de mi vida; por ejemplo, en mi concepción de las relaciones de pareja. En eso soy conservadora y no lo digo como virtud. Soy consciente de que soy así y no es una de mis prioridades de transformación». Y eso que, según deja entrever, años atrás tuvo relaciones sexuales con mujeres. «He probado diferentes cosas, claro... En la adolescencia, en la juventud... Pero siempre me he sentido heterosexual», aclara.