Secciones
Servicios
Destacamos
Joaquina Dueñas
Martes, 31 de diciembre 2024, 00:05
Este año ha habido varias polémicas en las monarquías europeas, la más reciente, protagonizada por el príncipe Andrés a cuenta de sus relaciones peligrosas con un presunto espía chino al que dio acceso a las más altas esferas empresariales y políticas británicas. Pero esta no ha sido la única controversia protagonizada por un 'royal'. Es más, a lo largo de la historia ha habido grandes escándalos que han marcado a las monarquías, intrigas, amores prohibidos y tragedias que marcaron incluso el curso de la historia. Episodios envueltos en un halo de fascinación que revelan el lado más humano, y a menudo oscuro, de las familias reales.
Uno de los ejemplos es el Rey Sol. Luis XIV de Francia, no solo es recordado por su fastuoso palacio de Versalles, sino también por las conspiraciones que lo rodearon. Su largo reinado estuvo marcado por una sucesión de amantes oficiales, conocidas como «favoritas reales», entre las que destacaron madame de Montespan y madame de Maintenon. La primera fue incluso implicada en el famoso 'Affaire des Poisons', un caso en el que se investigaron varios de envenenamientos y prácticas ocultistas en la corte. Aunque no se encontraron pruebas concluyentes contra ella, el caso dejó una sombra sobre su relación con el monarca y mostró el lado más turbio de la vida cortesana.
Catalina la Grande de Rusia es una de las figuras más fascinantes de la historia. Su ascenso al poder ya fue un escándalo: llegó al trono tras un golpe de Estado que derrocó a su marido, el zar Pedro III, quien murió poco después en circunstancias sospechosas. Catalina mantuvo numerosos amantes, algunos de los cuales ocuparon altos cargos en la corte, lo que generó críticas y rumores persistentes. Uno de los más extravagantes acusaba a la emperatriz de mantener relaciones inapropiadas con animales, una calumnia que pretendía minar su autoridad. Sin embargo, Catalina demostró ser una gobernante firme que modernizó Rusia y expandió su territorio.
En la Inglaterra del siglo XVIII, el príncipe regente Jorge, futuro Jorge IV, protagonizó un gran alboroto al casarse en secreto con María Fitzherbert, una católica. Este matrimonio era ilegal según las leyes británicas, que prohibían a los miembros de la familia real contraer matrimonio con católicos sin el permiso del monarca. Cuando Jorge necesitó casarse oficialmente para saldar sus deudas, su unión con María fue ignorada, y se le obligó a casarse con Carolina de Brunswick, una relación que resultó desastrosa. Jorge y Carolina se separaron poco después de su boda, pero su enemistad fue tan pública que dañó la reputación de la monarquía.
Antes de su trágico final durante la Revolución Francesa, la reina María Antonieta ya era el centro de los ataques públicos. El 'Affaire du Collier' fue una controversia que dañó gravemente su imagen. Unos estafadores utilizaron su nombre para intentar adquirir un collar de diamantes de enorme valor. Aunque la reina no tuvo ninguna implicación directa, la historia fue utilizada por sus detractores para presentarla como una figura frívola y derrochadora, avivando el descontento popular que finalmente culminó en la caída de la monarquía.
Cabe destacar también a Cristina de Suecia, una de las figuras más enigmáticas de la historia. En 1654 dejó el trono de manera sorpresiva. Su renuncia estuvo rodeada de rumores sobre su rechazo a las normas tradicionales de género y su supuesta homosexualidad, algo que en su época era considerado escandaloso. Viajó por Europa y adoptó el catolicismo, algo que indignó a su país de religión protestante, y se convirtió en mecenas de las artes. Aunque su vida fue objeto de críticas, Cristina rompió moldes y dejó un legado gran cultural impresionante.
En el siglo XIX, el rey Leopoldo II de Bélgica provocó uno de los mayores escándalos en la historia moderna al gobernar el Estado Libre del Congo como su dominio personal. Bajo su administración, se perpetraron atrocidades contra la población local, con el objetivo de maximizar las ganancias de la extracción de caucho y otros recursos. Millones de personas murieron o sufrieron mutilaciones, y la brutalidad del régimen de Leopoldo se convirtió en una mancha indeleble en la historia de Bélgica. Uno de los episodios más trágicos y oscuros de las monarquías.
La figura de Grigori Rasputín marcó los últimos años del Imperio Ruso, encabezados por el zar Nicolás II y su esposa, la zarina Alexandra. Rasputín era un místico que afirmaba tener poderes curativos. Su influencia en la corte fue percibida como una amenaza y dañó gravemente la reputación de la familia Romanov. Las intrigas en torno a Rasputín, combinadas con la mala gestión de Nicolás II durante la Primera Guerra Mundial, contribuyeron al colapso de la monarquía rusa y a la Revolución de 1917.
A lo largo de los siglos, las polémicas han sido compañeras constantes de las monarquías europeas. Hoy, como ayer, los 'royals' siguen bajo el escrutinio público y siguen protagonizando controversias que ponen a la institución en el filo de la navaja.
De hecho, en la historia reciente, el triángulo amoroso protagonizado por el príncipe Gales, Lady Di y Camilla Parker Bowles sacudió la Corona británica. El matrimonio del príncipe Carlos con Diana Spencer fue presentado como un cuento de hadas, pero pronto quedó claro que la realidad era muy distinta. A lo largo de los años, la relación se desmoronó debido a la incompatibilidad entre ambos y, sobre todo, a la inquebrantable conexión de Carlos con Camilla, su amor de toda la vida. Diana, en entrevistas como la icónica charla con Martin Bashir en 1995, reveló que «éramos tres en este matrimonio», una frase que pasó a la historia. Tras la trágica muerte de Diana en 1997, la relación entre Carlos y Camilla continuó, culminando en su boda en 2005 y en la entronización de ambos en 2022.
También fue una cuestión de amor lo que empaño la imagen de la Corona noruega. La princesa Marta Luisa de Noruega sorprendió al mundo con su relación con Durek Verrett, un autodenominado chamán de origen estadounidense conocido por sus teorías esotéricas y sus comentarios polémicos. Este año, la pareja ha selló su unión en una boda que dividió a la opinión pública.
Mientras algunos celebraban el amor de la princesa, otros criticaban que la relación dañaba la seriedad de la familia real. Verrett ha sido acusado de promover pseudociencias, como afirmar que las mujeres pueden almacenar energía negativa en su útero tras relaciones sexuales. Una peculiar historia ha desatado debates sobre los límites entre lo privado y lo público en la vida de los 'royals'.
La Casa Real noruega también se ha visto salpicada por otro episodio reciente: la detención del hijo mayor de Mette-Marit, Marius Borg Høiby, en un caso relacionado con posesión de drogas y agresiones a mujeres. Aunque no tiene título real, su vinculación con la familia genera titulares cada vez que su comportamiento se aleja de lo esperado y que mantiene en vilo a la opinión pública del país. Incluso se ha planteado el divorcio del heredero, el príncipe Haakon, como única salida a esta compleja situación.
Volviendo a la monarquía británica, el duque de York, Andrés de Inglaterra, se encuentra en el epicentro de uno de los mayores escándalos que ha sacudido a la firma: su amistad con Jeffrey Epstein, el financiero acusado de tráfico sexual. El exmarido de Sarah Ferguson fue acusado de mantener relaciones sexuales con menores y, aunque él lo negó reiteradamente, su papel oficial en la monarquía quedó anulado tras el acuerdo judicial que alcanzó con la denunciante.
También en el Palacio de Buckingham, la salida del príncipe Harry y Meghan Markle de la familia real británica, conocida como 'Megxit', fue un terremoto mediático. La pareja denunció presiones, falta de apoyo y comentarios racistas hacia Meghan dentro de la Casa Real. Su entrevista con Oprah Winfrey, en la que hablaron de su sufrimiento y de cómo un miembro de la familia expresó preocupación por el color de piel de su hijo, fue un golpe devastador para la monarquía.
En España, el 'caso Nóos' marcó un antes y un después en la percepción de la monarquía. Iñaki Urdangarin, esposo de la infanta Cristina, fue condenado por corrupción, implicando a su propia esposa y generando un escándalo sin precedentes. Aunque la infanta fue absuelta, el proceso dañó gravemente la imagen de la familia real. Urdangarín cumplió su condena en prisión, y la pareja finalmente se separó en 2022.
El siguiente capítulo lo protagonizó el rey emérito, Juan Carlos I, con su abrupta salida hacia Abu Dabi en 2020 tras una serie de presuntos fraudes financieros y polémicas personales que amenazaron la estabilidad de la monarquía española. Las investigaciones sobre sus cuentas en el extranjero y los supuestos regalos millonarios de Arabia Saudí empañaron su legado. Además, su conocida afición por las mujeres y sus múltiples relaciones extramatrimoniales, como las mantenidas con Corinna Larsen, añadieron leña al fuego. Este conjunto de controversias, unido a la presión mediática, obligó a su hijo, el actual rey Felipe VI, a distanciarse públicamente de su padre para preservar la imagen de la institución.
También fue España el escenario en el que se produjo la polémica protagonizada por el príncipe Federico de Dinamarca, que fue fotografiado paseando por Madrid en compañía de Genoveva Casanova, exesposa de Cayetano Martínez de Irujo. Aunque ambos negaron cualquier implicación romántica, los rumores de una posible relación ocuparon portadas. Esta escapada generó especulaciones sobre el estado de su matrimonio con la princesa Mary y recordó al público una vez más que incluso las monarquías más modernas no están exentas de caer en los pecados más mundanos.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.