La historia del arte de la buena mesa

Javier y Tata han vivido entre dos continentes y viajado por diversos lugares, lo que les ha dado la oportunidad de adquirir multitud de piezas especiales a las que dar una nueva vida en su mesa. Adquisiciones a las que se fueron sumando otras de procedencia familiar. Un popurrí de objetos maravillosos con los que intentan «conjugar lo tradicional con lo novedoso sin doblegarnos ante los tópicos, huyendo siempre de dogmatismos impuestos por caprichos o modas, abiertos a todas las posibilidades y creando conjuntos que muchas veces rompen moldes». Porque, como ambos insisten, «en el arte en la mesa casi todo es intercambiable».

«Concebimos la mesa como un exponente del arte total pero efímero, pues su existencia viene marcada por el tiempo siempre escaso en el que discurren una comida o una cena», comentan los autores sobre el fugaz momento en que la mesa «puede alcanzar la categoría de obra de arte que enriquezca el placer personal e intelectual de la conversación y el disfrute gastronómico». Alrededor de la mesa se desarrollan gran parte de los acontecimientos más relevantes de nuestras vidas, por ello, dicen, «es un lugar ideal para hacer realidad la máxima de que vivir rodeado de cosas bellas es vivir dos veces». Razón por la que gustan de poner su creatividad y saber hacer en práctica cotidianamente, algo que en las ocasiones especiales se presta a la construcción de montajes excepcionales.

Montajes que se pueden disfrutar en su libro, dividido en las cuatro estaciones, y confeccionado desde un punto de vista histórico, artístico y compositivo. Un recreo para la vista a través de las cuidadas imágenes de casi medio centenar de mesas, que van desde grandes conjuntos de efecto teatral y suntuoso, hasta inspiradoras mesas íntimas y sugerentes. Entre éstas últimas algunas con las que recuperar viejas tradiciones que se han ido perdiendo, como el ritual del té de la tarde.

«Nuestro interés por el arte de la mesa nos ha llevado a profundizar en el estudio de la historia de las artes decorativas y de sus avatares, entre los que destacan -explican- los esfuerzos para importar a Europa las técnicas de porcelana china, las interrelaciones artísticas propiciadas por las diferentes compañías de las Indias, la influencia de los encajes flamencos en España o el protagonismo que alcanzaron las diferentes reales fábricas de vidrio en las cortes europeas».

Un recorrido mediante destacadas vajillas de porcelana, algunas de ellas únicas, de Wedgwood, Vista Alegre, Sèvres o Satsuma; piezas de cristal y vidrio de las manufacturas de Baccarat, Bohemia, Murano o la Granja, obras de orfebres relevantes como Asprey, Jacobsen o Tiffany; encajes y textiles de Camariñas, Bruselas o Fortuny; y piezas de producción contemporánea, que dan variedad y frescura a las composiciones.

Una explosión de color, variedad y análisis compositivo, que hace que esta obra sea un disfrute y una fuente de conocimientos, al ir acompañado de píldoras históricas de interés, de anécdotas acerca de las diferentes piezas y de didácticos comentarios sobre la evolución del arte de la mesa. Todo ello para crear una experiencia que quede grabada en la retina del lector.