La guerra interminable entre Angelina Jolie y Brad Pitt se recrudece

La pareja lleva años librando una batalla legal por la venta de su antigua bodega francesa, Château Miraval, que compraron en 2008 y escenario elegido para darse el 'sí, quiero'. En esta batalla los abogados de la intérprete han detallado el «historial de abuso físico» del actor contra su representada. La acusación se presentó ante el tribunal de Los Ángeles que tutela la venta del histórico inmueble francés.

Por su parte, la protagonista de 'Tomb Raider', entre otros filmes, ha argumentado ante el juez que el intérprete de 'Seven' y otra larga lista de películas quiso obligarla a firmar un acuerdo de confidencialidad para que no hablara de los supuestos abusos -en el cine sí se les ha visto pelear, aunque era solo una comedia de acción: 'Sr. y Sra. Smith' (2005), película de cierta fama que incluso ha generado una serie televisiva. Por esa razón, aunque inicialmente estaba dispuesta a venderle sus acciones de la bodega, finalmente se echó atrás.

Las agresiones físicas habrían sido anteriores al episodio del avión que investigó el FBI, aunque finalmente las autoridades descartaron presentar cargos penales. Los letrados han esgrimido que «la historia del abuso de Pitt hacia Jolie comenzó mucho antes del viaje en avión de la familia de Francia a Los Ángeles en septiembre de 2016, vuelo que marcó la primera vez que también abusó físicamente de los niños».

Los abogados de la actriz señalan ese momento como el punto de inflexión para la separación ya que, hasta entonces, ambos habían tratado de «mantener sus discusiones entre ellos, asegurándose de no discutir nunca ante los niños, hasta el incidente avión», declararon hace un tiempo a 'Vanity Fair'. Lo acaecido en el vuelo hizo que ella decidiera dejarlo «de inmediato».

En octubre de 2022 Jolie incluyó en la demanda por el Château Miraval que su exmarido había asfixiado a uno de sus hijos y había golpeado a otro en la discusión producida en aquel polémico vuelo privado.

Los letrados del actor se niegan a hacer valoraciones, si bien un amigo de Pitt ha señalado que es «un patrón de comportamiento». «Ante cada decisión en contra de la otra parte, siempre eligen introducir información engañosa, inexacta o irrelevante como distracción», apunta.