Enrique Ponce más allá del toro: inmobiliarias, aceite y la música

Si la separación del torero fue una auténtica sorpresa, más aún lo fue conocer a su nueva pareja, una joven estudiante de derecho, Ana Soria, 27 años menor que él (nótese que cuando el diestro contraía matrimonio con la hija de Vitoriano Valencia su actual novia todavía no había nacido). Una diferencia de edad que no ha supuesto impedimento alguno para su historia de amor de la que han hecho gala en las redes sociales, donde también se ha podido ver cómo Ponce, a sus 48 años, encajaba perfectamente con las amistades de su novia.

Ya desde finales del año pasado venían dándose pinceladas sobre los pasos que estba dando para iniciar una nueva vida alejada de los ruedos. En este sentido, en octubre de 2020 trascendía que Ponce estaba grabando un disco con la colaboración de su amigo Julio Iglesias. Siempre ha sido muy conocida su afición por la canción y por el baile.

Pero más allá de sus posibles incursiones artísticas, también cerró un contrato con la firma El Capote para la gestión y comercialización de los aceites que llevan su nombre. Además, cuenta con varias empresas en las que también participa su exmujer, dedicadas a la gestión de alquileres. Es propietario de locales comerciales y naves en Villacarrillo, Úbeda, Fuengirola y Torremolinos. Unos espacios que están ocupados por todo tipo de negocios, desde discotecas a supermercados. Todo, a través de sociedades entre las que está Cetrina SL, que comparte nombre con la finca de más de 900 hectáreas que fue su hogar familiar en Navas de San Juan (Jaén) durante su matrimonio.

Desde que anunciara su retirada por tiempo indefinido el pasado lunes, han corrido ríos de tinta sobre las razones de este inesperado gesto. Una de las principales apuestas es que haya sido un gesto de amor hacia Ana Soria que en más de una ocasión había mostrado su sufrimiento cada vez que el diestro se ponía ante el astado.

En ese mismo sentido, se viene elucubrando sobre la posibilidad de que la joven pudiera estar embarazada. Así lo decía Andrés Amorós, en el programa radiofónico en el que colabora: «Aquí ha tenido que pasar algo que no sabemos que es y acabaremos sabiendo«. «Yo pienso en lo que vulgarmente se dice un berrinche de alguien que dice hasta aquí hemos llegado y lo dejo» y abundaba en diferentes teorías que iban desde que pudiera irse a México con su novia para quitarse en medio una temporada hasta posibles problemas con su divorcio, pasando por la posibilidad de «que su novia esté embarazada», porque «nada ha habido en el mundo del toro», según Amorós.

La drástica salida de ambos de Instagram, donde las imágenes son protagonistas, y la pausa en su carrera taurina después de triunfar en plazas como la de León, de donde salió a hombros, apuntan precisamente hacia la búsqueda de esa nueva etapa. A buen seguro, ahora el diestro volvería a contestar lo mismo que dijo en su primera aparición pública después de conocerse su romance con Ana Soria, cuando sentención: «¡Quiero vivir!».