Cristina Pedroche luce sus curvas premamá en unas emotivas Campanadas

A la emoción de su estado se unía el del estilismo más viral y esperado de la noche, cargado de simbología y de «energía humana». El diseño, ideado como viene siendo habitual por el estilista Josie, estaba compuesto por tres piezas: una capa, una falda, y una pieza interior de arte figurativo. La capa estaba realizada con tres paneles desmontables confeccionados al bies y en patchwork con piezas de tela provenientes de las tiendas de campaña que ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, ofrece como refugio en diferentes lugares del mundo. La tienda utilizada para este diseño es la estándar utilizada en los campos de refugiados para una familia de cinco personas.

La tienda de campaña se ha convertido en una capa de seis metros cuadrados que cuenta con un esqueleto interno de ballenas aportando un amorfo e interesante volumen en forma de globo terráqueo, con cierres de ojales de acero y un cordón de algodón reciclado. Su complicado patronaje ha corrido a cargo del joven diseñador vasco Íñigo Garaizabal. Formado en marcas como Sybilla. se inclina por recuperar la esencia de la costura tradicional sin dejar de lado la investigación de nuevas formas de construir prendas, como ha mostrado con la capa.

La llamativa prenda está customizada por 80 personas refugiadas provenientes de diez países diferentes que han reflejado en ella sus testimonios y deseos. En este proceso de customización han participado personas residentes en centros de acogida de Madrid, así como otras personas refugiadas que colaboran habitualmente con ACNUR.

De Garaizabal Studio también es la falda espiral de tul de seda que en el interior acompaña a la paloma de la paz creada por el escultor Jacinto de Manuel, que ya había colaborado con Pedroche en las Campanadas de 2020. Se ha tratado de una pieza realizada en pasta de papel reciclado con periódicos del año pasado y esmaltada posteriormente en color blanco. De este modo las malas noticias se convierten en una paloma de la paz cuyas alas ascendentes abrazan a la presentadora y en cuyo pico lleva una rama de olivo de bronce dorado.

El artista se ha encargado también de pintar los antebrazos de la presentadora de blanco como símbolo de la paz, representado el rechazo hacia la violencia. El 'body painting' del que tanto se ha hablado durante las últimas semanas después de que la propia Cristina Pedroche desvelase este detalle en su aparición en 'El Hormiguero'.

En la otras cadenas sus competidoras eran Ana Obregón, con un ceñido vestido blanco, el color que solo quiere vestir, junto al negro, tras el fallecimiento de su hijo Aless. Confeccionado por Rubén Hernández, en el vestido destacaba un pronunciado escote corazón y una sobrecola en corte capa. Un estilismo realizado en georgette con incrustaciones de micropaillettes nacaradas con el brillaba y que estaba aderezado con espectaculares joyas de Rabat.

La misma firma de joyería fue escogida por Mariló Montero, la más elegante de la noche con un dos piezas de Atelier Pronovias compuesto por una blusa joya de crepé italiano y una falda con pliegues de tafeta de seda con una gran abertura.

A la blusa, de mangas de tres cuartos, puños franceses dobles, cuello camisero prominente con bordado interior de cristales de Swarovski, al igual que los botones, se destinaron 60 horas de confección, mientras que a la falda fueron 80 horas.