Chiara Ferragni extiende su imperio a Venecia

Venecia ha dedicado dos proyecciones públicas a este documental, en una de sus salas secundarias, y en las colas, los chicos y chicas hacían tiempo comiendo pizza en el suelo o fotografiándose para las redes sociales, emulando a su ídolo. Todos querían verla. La propia diva de melena rubia y ojos azules se había encargado de calentar motores a lo largo del día en su cuenta de Instagram, revelando sus sesiones de belleza y vestuario previas a la gala y sus seguidores no decepcionaron.

Llegó a la alfombra roja a ritmo de 'Queen' y acompañada por su marido, el rapero Fedez, con el que se casó en 2018 en Sicilia, uno de los eventos sociales del año. Y dentro de la sala se instaló un cordón de seguridad bajo la pantalla para que pudiera hablar. Y es que Chiara sabe cuidar a sus acólitos. De hecho irrumpió en el segundo pase, acompañada por su séquito de colaboradores, para dirigir unas palabras a un público que la atendía enfervorecido y, por supuesto, teléfono móvil en mano y cámara encendida.

La cinta, con el sello de la televisión pública italiana RAI y de Amazon Prime, promete ser una «inmersión a 360 grados en su esfera pública e interior» pero termina siendo un retrato autocomplaciente de una figura a la que las marcas literalmente adoran. Basta pensar que en Instagram supera los 17 millones de seguidores, a los que nutre día a día con sus rutinas, sus dudas estilísticas o vivencias, pero sobre todo muestra los últimos productos de belleza o prendas de vestir.

Ferragni, de 32 años y de Cremona (norte), recuerda que en su librería de juventud tenía un libro en el que Paris Hilton alecciona sobre cómo convertirse en millonario. Ahora, pocos años después, ríe al decir que fue la heredera estadounidense quien la siguió primero en redes.

Su sueño comenzó a fraguarse con la apertura de su blog 'The blonde salad' en 2009, en el que publicaba fotografías de sus estilismos, y ahora, una década después, es todo un fenómeno global con empresas y decenas de trabajadores a su cargo, colecciones de accesorios y ropa y un estudio sobre ella en Harvard. Hasta se codea con las figuras más relevantes del sector, tal y como se aprecia en la película, que la muestra en un desfile sentada junto a la todopoderosa editora de Vogue América, Anna Wintour.

Las marcas se la rifan y la toman por una auténtica pionera de la revolución digital que ha colmado el espacio que separaba a la alta moda del grueso de la sociedad, acercando sus productos.

La 'influencer' cuenta con todo un archivo de vídeo de sus años de niña, grabados constantemente por su madre, Marina Di Guardo, y su padre Marco Ferragni, dentista, reconoce que la primera cámara de fotos que llegó a sus manos fue como premio de un supermercado. En el siguiente viaje que emprendió la familia, Chiara realizó cientos de fotos, hasta que su padre le pidió que dejara de hacerlo. Un consejo por lo que se ve del todo desacertado y que desoyó.

El documental comienza con Ferragni haciéndose un 'piercing' y soportando el dolor, pues una de las intenciones de la cinta es mostrarla como una mujer fuerte hecha a sí misma: «Me he creado yo sola», asegura, en un velado reproche a su exnovio y exasesor. Actualmente está casada con el rapero Fedez, muy popular en Italia, y que le pidió matrimonio en medio de uno de sus conciertos. La joven pareja de moda ha tenido ya su primer hijo, Leone, al que exponen diariamente en sus respectivas redes sociales.

Como nuevo hito en su fulgurante vida, la rubia ha extendido su reinado hasta el festival de cine internacional más antiguo del mundo, Venecia, donde ha sido recibida con curiosidad y extrañeza, aunque no es la primera vez que pasea por su alfombra roja. Amoruso justifica en las notas de dirección la presencia de su obra por el valor que tiene a su parecer este icono de estilo. «Chiara Ferragni es también la persona tras su personaje, con sus debilidades y sus raíces. Esto contribuye a explicar su éxito en un mundo, el de las redes sociales, sin leyes pero que es universal, y ofrecer una clave de lectura de nuestro presente y futuro», alega.