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Joaquina Dueñas
Madrid
Domingo, 3 de noviembre 2024, 16:53
El cisma entre el príncipe Guillermo y su hermano Harry no es el único entre los Windsor. El rey Carlos III y su hermano Andrés están a la greña. El monarca lleva un año pidiendo sin éxito al duque de York que abandone Royal Lodge, residencia que él se niega a dejar. Además el jefe del Estado ha retirado a su hermano y exmarido de Sarah Ferguson su asignación económica, según publica el Daily Mail.
Lo revela en su próximo libro, Robert Hardman, especialista en la monarquía británica. Se publicará en noviembre y desvela el claro objetivo del rey de hacer sostenibles las cuentas de la corona y preservar su prosperidad. Para ello ha pedido a su director financiero suprimir la paga anual a su hermano Andrés, en torno a un millón de libras (1,18 millones de euros). También ha ordenado que se deje de sufragar la seguridad privada de la casa donde reside. Unas medidas que impedirían al príncipe Andrés seguir viviendo en Royal Lodge, que debería dejar a finales de año. Situada en los terrenos del castillo de Windsor, a las afueras de Londres, cuenta con 30 habitaciones.
Ante las dificultades del duque de York para mantener Royal Lodge, el rey le instó a trasladarse a Frogmore Cottage, mudanza a la que se resiste esgrimiendo un contrato de arrendamiento para 75 años que firmó en 2003. Pero no se trata solo de una cuestión económica, ya que el padre de Beatriz y de Eugenia de York está apartado de la monarquía y despojado de sus títulos honoríficos y patrocinios reales por su implicación en el escándalo de abuso sexual encabezado por el financiero estadounidense Jeffrey Epstein.
«El duque de York ya no es una carga financiera para el rey», ha dicho al Daily Mail una fuente, lo que pone contra las cuerdas al casi insolvente príncipe Andrés.
Las relaciones entre los 'royals' británicos no son fáciles. La prensa británica ha revelado la inexistente relación entre el príncipe Guillermo y el hijo de la reina Camilla, Tom Parker Bowles. «Le pone nervioso el estilo de vida, un tanto libertino, de Tom», dice el Daily Beast. Tanto que no quiere compartir con él espacio físico, lo que dificulta el protocolo de las próximas Navidades.
«Los príncipes de Gales y sus hijos no suelen asistir a la comida de Navidad a la gran casa de Sandringham. Prefieren disfrutar en Anmer Hall de un almuerzo informal. Es poco probable que vayan este año, especialmente si la Reina Camilla invitar a su hijo, Tom», dice el diario inglés. «Siempre hubo una fiesta de Navidad ligeramente encubierta y alternativa en su casa, mucho más obvia este año», apunta la misma fuente. En la fiesta sí estarán los padres de Kate Middleton, Mike y Carole.
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