Gloria Salgado
Domingo, 21 de mayo 2017, 09:41
Lleva desde los 8 años a dieta porque su relación con la comida siempre ha sido complicada, llegando a convertirse en una adicción. El revulsivo de Carlota Corredera (Vigo, 1974) tardó más de tres décadas en llegar. "Es un camino muy duro que empezó cuatro ... meses después de ser mamá, cuando una doctora me dijo que estaba en riesgo metabólico, y pensé en que mi hija se merecía una madre sana".
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Un cambio de peso retransmitido por televisión que ha hecho que muchísima gente se haya visto reflejada en ella y le haya solicitado consejo. "No me puedo tomar un café con todo el mundo que me ha pedido ayuda, pero pueden conocer mi historia a través de este libro -'Tú también puedes. Cómo conseguí perder 60 kilos y ganar salud' (Grijalbo)-". Un "pedazo" de ella en el que prima la sinceridad, "aunque no diré nunca publicamente lo que peso, es un pacto de silencio que hay entre mi madre, mi ginecóloga y yo. Mi marido tampoco sabe cuánto he llegado a pesar. No puedo verbalizar esa cifra porque me impresiona mucho", afirma con rotundidad.
Pese a desnudarse emocionalmente, publicar las tablas con sus mediciones corporales o fotografías poco cuidadas en la que muestra su faceta más íntima, lo más complicado para ella ha sido hablar de sus pérdidas familiares. "Lloré al escribirlo y al releerlo", recuerda con lágrimas asomando por sus brillantes ojos. "Para mí la comida fue un tabla de salvación, un ansiolítico, pero también fue mi verdugo. La comida siempre será mi talón de aquiles. He tardado 42 años en llegar a este punto".
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