Mercedes Benz Fashion Week: Lo nuevo que viene

Un total de 42 creadores españoles ha formado parte de esta semana de la moda acompañados de un diseñador internacional, Blickvanger.

Lo más llamativo de esta pasarela ha sido la combinación de diseños y creaciones inspirados para el día a día o el pret a porter con otros más escultóricos y arquitectónicos que han convertido la moda en un arte en su máxima expresión.

En clave más clásica y apostando por la feminidad, diseñadores como Roberto Verino han contado con una paleta en tonos neutros como los camel, nude, azules pastel. En cuanto a las líneas, inspirado en las asimetrías y queriendo realzar la silueta femenina sus diseños cuentan con patrones limpios, ceñidos. El toque de tendencia, dentro de su clasicismo y atemporalidad, lo marcan las prendas en piel y colores fuertes como el negro.

El hombre de Roberto Verino se mantiene en las características propias del diseñador pero añade complementos que aportan un toque de personalidad al look. Los pañuelos anudados al cuello y un aire navy definen la masculinidad en los diseños de Verino.

Roberto Torretta también apuesta por la sencillez y las líneas clásicas. La mujer de Torretta es, si cabe, más sensual que la de Verino y define con más ahínco la silueta femenina. La piel en color negro es una apuesta fuerte del diseñador para este próximo otoño-invierno y la acompaña de prendas más sutiles en seda, algodón y colores pastel. Los azules en una amplia paleta se convierten también en protagonistas y aportan un romanticismo que rebaja la fuerza de la piel.

Otro de los colores que, también se han visto en la gran mayoría de diseños durante toda la semana ha sido el burdeos. Un tono que promete conquistar la temporada y lo hace con un toque de sofisticación a través de chaqués, trajes de chaqueta y americanas.

La sensualidad y magnetismo del siglo XIX llega de la mano de Andrés Sardá. El diseñador conquistó la pasarela con diseños lenceros armados con miriñaques y corsés en tonos palo con algo de brillo y satén.

Y siguiendo en su repaso histórico de la moda los diseños llegan cargados de opulencia, terciopelos, volúmenes y mucha pomposidad llena de tules.

El burdeos y los azules son los protagonistas de sus diseños acompañados de una paleta en tonos pastel que, junto a motivos florales consigue que cerremos los ojos y nos imaginemos en otra época.

En contraposición a Sardá, los diseños de Maya Hansen llamaron la atención por su tridimensionalidad y los motivos geométricos. Con unos diseños futuristas, con estructuras asimétricas y muy atrevidas, Hansen muestra a una mujer segura de sí misma, a la que le gusta marcar su silueta y desestructurarla captando diferentes puntos de atención. Unos diseños muy originales que empiezan a mostrar los avances de las nuevas tecnologías en la moda.

Ana Locking se decanta por los contrastes y apuesta fuerte por el animal print. Los tonos potentes como los rojos, negros y los detalles de bordados, tules y croché son la clave de su colección. Una mujer cosmopolita, urbana y casual con un toque desenfadado y aires parisinos. El hombre de Locking también evoca a la ciudad del amor y juega con estampados en tonos pastel donde introduce esa parte de tendencia.

Angel Schelesser mezcla la comodidad y el clasicismo obteniendo unos diseños muy elegantes, con caída y movimiento ideales para cualquier ocasión. Los tonos neutros como los arena, grises, marrones, blancos y negros predominan en esta colección. La sofisticación del talle alto, lazadas y detalles femeninos otorgan el sello Schelesser tan característico.

Rompiendo moldes, como es habitual, Ágatha Ruiz de la Prada inundó de color (y de sabor) la pasarela. Sus diseños, más dulces que nunca, estaban inspirados en diferentes creaciones pasteleras. Jugando al color block, al despiste y al atrevimiento, un año más puso en pie a todos los asistentes al desfile.

Ion Fiz apostó por las superposiciones, las capas y las colas. Una feminidad reinventada que aporta volúmenes y movimiento a una silueta definida al detalle. Entre sus tonos: los platas, negros y los contrastes en tonos rojos y granates. El croché, los bordados y un guiño a la sensualidad y al misterio de las máscaras son el epicentro de sus creaciones. Fiz celebra sus 15 años como diseñador de la mejor manera posible, poniendo en pie a los asistentes a su desfile en la Fashion Week.

Por su parte, Hannibal Laguna rinde homenaje a la elegancia y a los estampados florales en tonos otoñales pero con la sutileza de la paleta más pastel. El corte años 50, las faldas abullonadas y los conjuntos dos piezas forman la vestimenta de la mujer más cosmopolita mientras que los diseños con transparencias, tules, detalles bordados y sedas conforman el vestuario más festivo y para ocasiones especiales.

Una pasarela que no ha dejado indiferente a nadie y que muchos ya califican como una de las mejores de los últimos años. Esta edición Mercedes Benz Fashion Week ha encontrado el equilibrio perfecto entre el pret a porter, la moda más escultórica y aquellos diseños que conquistarán la pasarela más importante: la de la calle.