Cuando las barbas de Justin O'Shea veas pelar...

PPLL

Domingo, 19 de febrero 2017, 00:17

Eran otros tiempos, de gloria, por supuesto. Pero no hace tanto de ellos. Justin O'Shea era un hombre inmensamente feliz. Disfrutaba con su pelirroja barba. Fue su pasaporte a la fama, junto a ese porte tan viril. Tan extraño que se convirtió en un ... hombre que se creyó imprescindible. Todos los editoriales hablaban de él. Y él tragó el anzuelo. Algunas de sus entrevistas fueron un desbarre: «Mi barba es más famosa que yo, quizá debería abrirle una cuenta en Instagram», deslizó en una interviú el exjefe de compras de la tienda 'online' My Theresa en la que dejó claro lo que todo el mundo supone, que en la industria de la moda es importante tener algo de «contraste» y que es fácil diferenciarse de los demás cuando tienes «un pasaporte tan diferente».

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Es el caso de este australiano al que la popularidad le acaba de jugar, sin embargo, una mala pasada, por mucho que considerase que lo más importante es saber «quién eres en cada momento». Justin ha protagonizado un caso realmente insólito. Pese a proceder de un «mundo rudo y masculino», entró como un elefante en el delicado mundo del diseño femenino. Parecía que iba a comerse el mundo y a punto estuvo cuando Brioni, firma de alta sastrería italiana que viste a Donald Trump, le echó el lazo. Entró con aires nuevos, posiblemente demasiado.

Icono de estilo, este antiguo camionero se pasó de frenada. El 'influencer' aguantó sólo medio año al frente de la dirección creativa de la compañía. O'Shea no guarda ningún rencor por tan breve paso. Al contrario. Si bien asegura que no puede hablar «mucho» sobre el tema -las vulneraciones de las cláusulas de confidencialidad se pagan con indemnizaciones millonarias-, asume que fueron los seis «mejores meses» de su vida. «Tuve la oportunidad de mostrar un estilo y una imagen que no existían en el mundo de la moda y eso no va a morir. Digamos que creo que fui un poco demasiado rock and roll para Brioni».

A sus 37 años, el tipo que se va de gira con Metallica asegura que procede de un lugar «en medio de ninguna parte» en Australia y que no puede ser «más machote». Nada que ver con la androginia imperante en una industria poblada, en opinión de Alicia Rueda, la prestigiosa modista vizcaína, de muchos intrusistas a los que se les ventila con la misma facilidad con la que llegan.

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