Las 7 claves para rejuvenecer 20 años

Podemos elegir seguir envejeciendo del modo tradicional o subir al tren del antiaging que nos conduce a la longevidad en plenitud. Para lograrlo, Carmen Giménez-Cuenca nos da las claves:

1. Pensar: El cerebro es el mejor centro antiaging. Es posible tener control sobre los pensamientos, pensar en positivo, de cambiar creencias limitantes e instalar creencias poderosas. Hay que entrenar la mente para mantenerla joven y conseguir lo que se desea.

2. Comer: Somos -de verdad- lo que comemos. En lugar de una dieta con fecha de caducidad, el libro enseña una manera de comer inteligente, deliciosa, sostenible y sana. Enseña qué comer, cómo comerlo, cuanto comer y cuando comerlos, incluidas tablas gráficas que facilitan la consulta rápida cuando se necesite.

3. Mover: Ejercitar el cuerpo no es un extra sino algo tan imprescindible como comer, dormir o ducharse. Se necesita ejercitar el cuerpo para mover nuestra energía, que no se estanque, que no se bloquee. El ejercicio físico es el antidepresivo que menos se utiliza.

4. Sentir: Un pilar importantísimo es el control del estrés y la gestión de las emociones negativas que tanto nos intoxican, enferman y envejecen. El libro da pautas para lograrlo.

5. Amar: El amor es la madre de todas las emociones positivas. El libro muestra las distintas formas de amar, empezando por la autoestima, indispensable para poder amar de verdad a los demás y a la vida. También es recomendable amar lo que hacemos. Pese a lo que se pueda pensar, dedicarse a un trabajo que amemos es más posible de lo que se piensa y algo a lo que no habría que renunciar.

6. Gozar: Hay muchas cosas que podemos hacer para proporcionarnos placer y con ello activar nuestra farmacia interna produciendo química placentera en forma de endorfinas, hormonas revitalizantes y otros mensajeros moleculares del bienestar, la salud y el rejuvenecimiento. Lo primero para gozar es sentirnos merecedores de ello, darnos permiso.

7. Actuar: La actitud es el broche. Dependiendo de cómo nos sentimos así actuamos. Pensar, sentir y actuar se retroalimentan entre sí, creando la actitud. La actitud 'sin edad' puede crearse: sentirse pleno, vital, bello, operativo y entusiasta a cualquier edad y actuar en consecuencia para seguir evolucionando todos los años que podemos llegar a vivir, que para nuestra generación serán unos 150 años en plenitud.