Elena Anaya y Gemma Mengual se enrolan con Greenpeace para proteger el Ártico

"Me impresionó la situación del Ártico, el deshielo de su superficie nunca puede ser vista como una oportunidad de extracción o pesca. Es necesaria una legislación para proteger la última frontera de hielo del planeta", ha asegurado la actriz palentina, en referencia a un viaje que la nadadora catalana califica como "una oportunidad única para conocer la vida y las costumbres de la población indígena", toda una aventura que afronta "llena de orgullo e ilusión".

Anaya y Mengual viajarán junto a una científica experta en ecosistemas en peligro, una galardonada periodista internacional, una pastora de renos y una cantante tradicional indígena -ambas pertenecientes al pueblo Sami- al lago helado Inari de Laponia y la zona noruega del Ártico, en un año histórico, ya que en junio podría ver la luz el convenio internacional OSPAR, que aseguraría la primera área marina protegida del Ártico, libre de la pesca industrial y la exploración, extracción o transporte de hidrocarburos.

Un ecosistema fundamental

El oceáno Ártico sigue siendo actualmente el más desprotegido del planeta. La denominada "última frontera" se encuentra bajo la intensa amenaza del cambio climático y en las tres últimas décadas ha perdido el 75% del volumen de hielo marino, ya que se calienta dos veces más rápido que la media mundial, perdiendo cada minuto la superficie equivalente a 3,5 estadios de fútbol.

A pesar de la delicada situación de este ecosistema, que suaviza la temperatura global, actúa como sumidero de gas metano, alberga una gran biodiversidad y es el hogar de cuatro millones de personas, solo el 0,25% de sus aguas internacionales gozan de protección, una dato que contrasta con el de otros ecosistemas marinos como el océano Antártico, con el 8% de su superficie internacional protegida, las aguas españolas (5%) o el Mediterráneo (4%).