J. Paunero/Mujerhoy.com
Miércoles, 21 de enero 2015, 10:48
En 1960, Billy Wilder arrasaba en la noche de los Oscars, gracias a una de sus obras maestras, 'El apartamento'. En la categoría de mejor actriz era Elizabeth Taylor quien se llevaba la estatuilla por 'Una mujer marcada', un durísimo papel para el lucimiento extremo ... de la entonces reina de Hollywood: bella hasta reventar, diva como ninguna y, en cierto modo, abanderada de una nueva modernidad, de un nuevo canon.
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Mientras tanto, en The Lion, un bar gay del Village neoyorquino un antro, si no fuera porque entonces la comunidad homosexual aún disimulaba a golpe de traje y corbata, una chica judía de enorme nariz y nacida en Brooklyn encadenaba canciones con un talento casi extraterrestre. Se llamaba Barbara Streisand, con la 'a' que luego eliminó porque Barbra le hacía diferente. Como si no lo fuera ya. Y ahí estaba, animando a un público políticamente incorrecto, convencida de que aquello no había hecho más que empezar. (Más información en Mujerhoy.com).
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