Sumar gana por la mínima la partida a Podemos entre la izquierda no nacionalista

Se trata de un fracaso sin paliativos para las dos fuerzas que se viene a sumar al batacazo que se pegaron por separado en Galicia el pasado febrero. La siguiente prueba de fuego para Sumar y Podemos se dará en las elecciones europeas de junio, a las que también concurrirán cada uno por su cuenta.

Este resultado es especialmente duro para la formación de Ione Belarra que en las autonómicas de 2020 contabilizó más de 72.000 votos y obtuvo seis diputados. Más aún. En las generales de 2015 y de 2016 Podemos llegó a erigirse en primera fuerza política del País Vasco. Tan solo ocho años después se queda fuera de la Cámara de Vitoria. En total, Sumar ha obtenido 35.980 votos por los 23.615 de Podemos.

Tanto unos como otros están obligados a abrir un periodo de reflexión para reflotar sus proyectos, más aún si mantienen la competencia por atraerse el mismo nicho electoral. Sumar se ha mostrado hasta ahora incapaz de armar sus organizaciones territoriales más allá de Madrid y la Comunidad Valenciana, donde es socio minoritario de Más País y Compromís. Podemos, por su parte, ve como el poder autonómico que llegó a atesorar ha quedado prácticamente liquidado.

Lo cierto es que, al menos de puertas afuera, Sumar celebró ayer su único diputado como si de un éxito se tratara. Su candidata Alba García, que se ha quedado sin escaño, afirmó que «es un resultado positivo dada la polarización política en el País Vasco». García destacó que las urnas han arrojado una mayoría progresista y llamó a conformar un Gobierno entre EH Bildu, PSE y Sumar, algo que los socialistas ya descartaron durante la campaña.

Desde Elkarrin Podemos se reconoció haber sufrido «un duro Golpe». «No hemos conseguido llegar a obtener la confianza que queríamos para seguir empujando nuestro proyecto, pero también sabemos que, como pasa en la vida, hay que saber ganar y también hay que saber perder», valoró su secretaria general, Pilar Garrido.