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COLPISA
Lunes, 26 de abril 2021, 11:02
La candidata de Vox a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio, ha criticado la «doble vara de medir» en cuanto a las condenas de amenazas a partidos políticos y ha insistido en que en Vox reprueban «toda la violencia». En una entrevista ... en 'TVE', la candidata ha señalado que ella condenó todas las amenazas, incluidas las realizadas al candidato de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, pero le pidió que condenara él las agresiones que sufrieron en el acto de presentación de candidatura en Vallecas.
«Mire con qué claridad hemos condenado que nos hemos presentado como acusación popular», ha indicado, a la vez que ha precisado que lo que hizo fue poner «en duda» al Gobierno, después de que Iglesias recibiera una carta amenazante con balas en su interior.
La líder de Vox en Madrid afirma que en Podemos «tienen tendencia a montar determinados números», como ha señalado que ocurrió el pasado viernes en el debate de la cadena Ser. «Iglesias estuvo amenazando a toda la dirección de la Ser porque no quería sentarse con alguien que, según él, es de la ultraderecha», ha apostillado. Por último, Monasterio se abre a participar en más debates durante esta campaña. «No se puede tolerar que no se quiera debatir con todos los grupos».
Tras el debate de la cadena Ser del pasado viernes, sigue la tensión en la última semana de campaña antes de las votaciones del día 4 en Madrid. La candidata de Más Madrid, Mónica García, ha acusado a la «política del odio de Vox» de haber «traspasado la línea roja de la democracia» al no haber condenado las amenazas de muerte recibidas por el aspirante de Unidas Podemos, Pablo Iglesias.
En una entrevista en 'Antena 3', la médico ha remarcado que Vox «necesita ruido para existir en su campaña de xenofobia y escándalos». «En pandemia no deberíamos estar hablando de una formación que ofrece ese catálogo de xenofobia y odio» y que se cristalizó en el «esperpento» del debate fallido en la Cadena Ser.
García ha remarcado que hicieron «lo que tenían que hacer» al levantarse del debate tras la pausa. Tomaron la decisión porque se habían «traspasado todas las líneas rojas». «Ya sabíamos que la política del odio se traspasaba a los menores no acompañados, a las personas LGTBI, a las personas extranjeras. El odio lo conocíamos pero se traspasó la línea roja de la democracia al no condenar unas amenazas de muerte», ha argumentado.
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