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Edmundo Bal, en un acto de la campaña madrileña de Ciudadanos. EFE
Edmundo Bal: Un aspirante que se divierte en la derrota

Edmundo Bal: Un aspirante que se divierte en la derrota

Un día en la campaña ·

Con la música de 'Rocky' el candidato se deja querer por los afiliados de Ciudadanos, contra todos los pronósticos

Domingo, 25 de abril 2021, 00:37

umple 18 años y quiere hacerse «una foto» con Edmundo Bal. «Me gustaría mucho», desea Daniel, estudiante de bachillerato y seguidor de Ciudadanos. «Hay que votar», dice, decidido a ejercer su derecho por primera vez. Móvil en mano, Daniel se coloca al paso del candidato en la Plaza de la Constitución de Rivas-Vaciamadrid, donde se anuncia la presencia también de Inés Arrimadas. «Me gusta su plan de jóvenes y familias, y su falta de polarización», afirma Elena, que cursa Magisterio en la Universidad Rey Juan Carlos y tiene 22 años. A pesar de su entusiasmo, ninguno de los dos cree que el partido naranja supere el mínimo de votos para tener un lugar en la Cámara madrileña. «La gente dice que no van a salir y cree que su voto será inútil. Y si todos piensan así...», lamenta Elena, que vive sus segundas elecciones.

Con la música de la película 'Rocky' (la orquestal 'Gonna Fly Now'), Bal sube otras escaleras, las que salvan el desnivel del Ayuntamiento. Le acompañan Arrimadas y Esther Ruiz, «la número dos» en las listas del partido en Madrid. Con una morena a la derecha y una rubia a la izquierda, Bal exhibe, cuando menos, aplomo, aunque la estampa parece salida de otra película de los ochenta. El público aplaude con fuerza, casi todos han llegado en el autobús de Ciudadanos. Unas 70 personas hacen un semicírculo alrededor de sus líderes. Arrimadas y Ruiz levantan los brazos de Bal, como si fuera un boxeador en medio de un ring, a la espera de la decisión de los jueces. «Es el campeón del debate», dice la segunda. Él se sonroja, visiblemente. Se ríe, agacha la cabeza. Tiene ojeras y viste igual que todos los días: americana azul, camisa blanca.

Como si fuera parte del juego vespertino, dos hermanos de pocos años se persiguen entre las piernas de los asistentes, y aplauden cuando toca. «Hablan de temas concretos», aprueba Jorge, un jubilado de Renfe de 71 años, y uno de los pocos vecinos que escuchan el discurso. «Aquí presumimos de aldea gala pero hay necesidades como en todos lados». Al rato, Jorge se va. Dice que tiene que buscar una donación para la ONG en la que colabora, relacionada con las «colas del hambre». Un hombre con la bolsa de compras de Alcampo, que franquea la plaza, se detiene a grabar, y sigue su camino. Habla Arrimadas. «Nos decían que era imposible», comienza. Sin su fotografía de cumpleaños, Daniel y Elena se marchan. Volverán al final.

El turno de Bal coincide con el ensayo al aire libre de un septeto de música clásica. La fuerza del trombón, por fortuna sólo uno, llena los silencios del candidato. «Saben que me pongo colorado», dice Bal, cuando vuelven a alzar sus brazos y los afiliados corean «presidente, presidente». «Estoy disfrutando», asegura Bal. «Hacemos una campaña bonita, de calle, donde miras a los ojos de la gente». Falla el sonido, se escucha 'Yellow Submarine', de los Beatles en versión sinfónica de aprendices. El discurso de Ciudadanos ya no habla de ganar las elecciones, no menciona una posible sorpresa electoral, pero se regodea en la derrota de la izquierda. «No están en su mejor momento», opina un padre en busca de su hijo, a la salida de un curso en la biblioteca pública. «Sólo Ciudadanos defiende a las familias», dice Bal. Pero no hay ni una familia para escucharle.

Movilización

Los vecinos del distrito no se han movilizado. Algunos aparecen por la plaza pero no se detienen. «Que se acerquen cuando no quieran los votos», reta Javier, que lleva 22 años en el barrio y está de paso con su perro. En las dos horas del acto electoral irán y vendrán, con cierto interés, unos 15 vecinos. Una hora después, Daniel y Elena regresan. Los cazadores de selfis alcanzan a escuchar el final de Bal.

El reloj de la plaza no avanza, como en 'Regreso al Futuro'. Marca las 12.45. Chávez Nogales, tercera España, gestación subrogada, eutanasia, natalidad, adopción. Los temas son desgranados por el abogado del Estado. Del foso natural de la plaza resuena el 'Here Comes the Sun' de los alumnos de la escuela musical. Pero los altavoces de Ciudadanos imponen otra vez la de 'Rocky'. Una mujer sentada al final de la plaza, que ha escuchado con el ceño fruncido, aplaude. ¿Y bien? «Yo es que soy afiliada», se justifica.

Edmundo Bal se deja querer. Por sus afiliados, primero. Por unos pocos espontáneos después. Jorge también reaparece. «Gracias por darnos un soplo de aire fresco», le dice al candidato, que le responde. «Sí, hace falta». Elena y Daniel van ganando posiciones. Se acercan un paso. No son los únicos que quieren una foto. A las 19.46, por fin, Daniel se para al lado de Bal. Ambos posan y Elena hace una foto con el móvil.

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