Vox confía en que la recta final de campaña les catapulte a la Moncloa tras el 23-J

Es cierto que en Bambú 12 son conscientes de que es muy probable que el número de diputados baje de los 52 diputados cosechados en 2019 –como le sucedió a Unidas Podemos en las anteriores generales, quien consiguió formar gobierno con el PSOE tras su peor resultado a nivel nacional–, pero el transcurso de la campaña y la forma en que los de Santiago Abascal han concluido esta tarde –con un gran acto en Colón, lugar icónico para Vox y sus actos en los últimos años en defensa de la vida, la Constitución y contra Pedro Sánchez– hace que los voxistas vaticinen «una noche electoral histórica» este domingo.

«Nosotros hemos actuado ante este Gobierno, no como quienes lo han blanqueado durante esta campaña ofreciendole pactos», ha asegurado Abascal esta tarde en el acto celebrado en Colón -en alusión al PP y la propuesta de que gobierne la lista más votada tras el 23-J. «Quieren derogar el sanchismo ofreciéndole un pacto a Sánchez», ha recriminado el dirigente vasco a los populares.

Las últimas semanas de Abascal y los suyos han estado copadas de actos a horas tardías por el calor estival –a los que se ha sumado el cansancio acumulado de la cercana caravana del pasado 28-M–. El presidente de Vox ha primado territorios donde su formación gobierna en coalición con los de Alberto Núñez Feijóo, como Castilla y León, la Comunidad Valenciana y Extremadura. Pero también otros donde retomará la exigencia de entrar en los ejecutivos autonómicos una vez pase la batalla electoral del 23-J, como es el caso de Aragón y la Región de Murcia.

Abascal, que en el último día de campaña electoral también estuvo por la mañana en Albacete, ha tratado desde que el líder socialista anunciase el adelanto electoral –además de exponer la «nefasta herencia» del actual Ejecutivo– marcar perfil propio con el líder de los populares, a quien ha criticado de forma insistente por haber ofrecido al PSOE que gobierne la lista más votada tras la crucial cita del domingo y haber prometido no derogar algunas leyes emblemáticas del actual Ejecutivo de coalición como la ley del aborto o la reforma laboral. El líder vasco confía en que este domingo la victoria del partido que lidera desde 2014 sea, además, por partida doble: apear a Sánchez y sus políticas de la Moncloa y demostrar que Génova no posee la hegemonía de la derecha.