Sánchez, de nuevo contra pronóstico

El presidente del Gobierno, ya en funciones, ha ganado finalmente una apuesta en la que el 29 de mayo solo él y algunos de sus fieles parecían creer, la de una remontada auténticamente épica. Y ha vuelto a poner de manifiesto que su empeño en pelear hasta el último minuto las bolas más difíciles tiene recompensa, aunque no sea una recompensa tan redonda como la que él ansiaba, porque para reeditar un Gobierno de coalición con Sumar no solo necesitaría volver a recabar el apoyo de todos sus aliados actuales sino también el de Junts, que prometió a sus electores no apoyar ni a Sánchez ni a Feijóo.

«Creo que España ha sido bien clara -proclamó el líder de los socialistas a sus seguidores congregados en la calle frente a la sede del partido-. El mensaje ha sido meridianamente claro: el bloque involucionista de retroceso que planteaba una derogación total de todos los avances que hemos logrado estos 4 años ha fracasado. Somos muchos más los que queremos que España siga avanzando y así seguirá siendo».

Había dirigentes territoriales del PSOE convencidos de que el 'antisanchismo' era un sentimiento mucho más potente que el temor a un Gobierno del PP con Vox, sobre el que el comité de estrategia socialista hizo pivotar fundamentalmente la campaña. Ese miedo, que también funcionó en 2019, cuando los socialistas agitaron la famosa 'foto de Colón' de las «tres derechas» (PP, Cs,Vox), había fracasado, en cambio, en Madrid, en Andalucía y en la recientes autonómicas y locales. Pero esta vez encontró en la firma de los acuerdos sellados por los populares en comunidades y ayuntamientos un vehículo potente.

Lo socialistas mejoraron anoche los resultados logrados en 2019, en torno a medio millón de votos más. A ellos sí les funcionó el voto útil, algo que en la dirección socialista ya empezaron a intuir que iba a ocurrir el pasado jueves. El propio jefe del Ejecutivo, que hace una semana recurrió a su propia trayectoria de victorias «contra pronóstico» tanto en el partido como en el Gobierno, anticipó en el mitin de cierre de campaña que España iba a lanzar al «mundo» el mensaje de que con el voto se puede frenar a la ultraderecha. El clima interno ya era en la recta final de auténtica euforia, aunque los más escépticos recordaban que el 28 de mayo nadie esperaba la debacle a la que finalmente tuvieron que hacer frente.

Esta vez, el olfato no falló. O no tanto. Algunos dirigentes admiten que el escenario que ahora se les abre no es fácil. Pero el ambiente ayer en Ferraz era de auténtica fiesta. Ya antes de que se cerraran los colegios electorales todo eran sonrisas. A los simpatizantes que se acercaron a seguir el escrutinio se les regaló pegatinas que, con humor, reproducían uno de los motes que estos años han puesto sus detractores al jefe del Ejecutivo, 'Perra Sanxe'. Y ya cuando estaba todo claro llegaron los altavoces en la calle y los dirigentes mezclándose en la calle con la militancia, de guateque, bailando al ritmo del 'Perra' de Rigoberta Bandini, 'Quédate', de Quevedo, 'Pedro' de Raffaella Carrà o la canción de 'Verano azul', utilizada por el PP en su campaña.... «Esto va a ser un lío, pero ya mañana», apuntaban desde el partido.