Sánchez descarta la gran coalición con el PP y Casado le acusa de haber elegido a la «izquierda radical»

Ya estamos en campaña y la casualidad ha querido que los líderes de los dos partidos políticos con más apoyo, Pedro Sánchez y Pablo Casado, hayan coincidido en La Rioja este viernes. El del PSOE ha paseado por las céntricas calles de Logroño y el del PP se ha acercado a La Rioja Baja, concretamente a Autol y Calahorra. Diferentes puntos de vista expuestos en una misma región.

No habrá gran coalición entre PSOE y PP tras el 10-N. Así lo garantizó en Vitoria el candidato socialista y presidente en funciones, Pedro Sánchez, rebatiendo de esta manera el vaticinio sugerido por el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, a quien lanzó a su vez una pregunta: «¿Va a seguir bloqueando un Gobierno progresista liderado por el PSOE por quinta vez?». Durante el acto celebrado en la capital alavesa, y antes de recalar en Logroño para arropar a los candidatos riojanos a las Cortes, Sánchez situó el bloqueo político como primer problema del país a día de hoy. «Bloqueo de todos, gobierno de nadie», lamentó culpando de la coyuntura al resto de formaciones y mostrándose convencido de que sólo votando a sus siglas se podrá desenredar la madeja.

No fue el único desmentido a algunas de las recientes declaraciones de sus principales oponentes. «Albert Rivera decía que Sánchez tiene un plan para pactar con Podemos y los independentistas, y eso ha quedado desmontando», afirmó en alusión al máximo dirigente de Ciudadanos. También tumbó la afirmación del PP que vislumbra un pacto con la ultraderecha, cargando con especial intensidad sobre las sospechas que maneja Pablo Iglesias -«el mismo que ha votado en cuatro ocasiones en contra del PSOE»- y la contextualización por parte del líder de UP de los comicios como clave para impedir una gran coalición entre los dos grandes partidos. No será así, insistió con una rúbrica: «Lanzo un compromiso y sabéis que cuando hago un compromiso lo cumplo».

La intervención de Pedro Sánchez tampoco obvió el conflicto que se vive en Cataluña. En esta fase de su discurso, el presidente en funciones se dirigió a los independentistas catalanes instándoles a que «reconozcan su fracaso» y asuman que la autodeterminación «no es posible». La necesidad de estabilidad fue otro de los argumentos esgrimidos por el cabeza de lista del PSOE. Prometió aquí que, si después de las elecciones del día 10 su partido logra hacerse con una mayoría sólida, en el primer trimestre habrá Presupuestos Generales y también promoverá otras medidas como un Ley del cambio climático, un nuevo Estatuto de los Trabajadores, la revalorización de las pensiones... «En definitiva, más socialismo».

Ya en Logroño, Sánchez animó a los suyos a «echar el resto». Así lo confirmó a Efe la presidenta de La Rioja, Concha Andreu, que acompañó al líder socialista en su recorrido por la capital y el posterior encuentro a puerta cerrada con alcaldes y dirigentes del partido. «Ha venido con una fuerza tremenda y nos ha dicho que hay que movilizar a la gente a ejercer su derecho a votar; que estamos trabajando muy bien y ahora hay que rematar la labor, sin dejarnos llevar por esa tendencia a hacer la guerra sucia y desanimar a la gente a ir a las urnas», desveló.

El manual del candidato recoge un capítulo dedicado a la cercanía. Durante la campaña no sólo debe replicar mensajes que cada jornada sazona con algún matiz para dar a lo recurrente apariencia de novedad, sino también hacerse humano. Descender del atril, fundirse con el pueblo y estrechar todas las manos posibles que el día de las elecciones depositarán un voto en las urnas. Pedro Sánchez cumplió este viernes en Logroño ese mandato. No dijo nada. Sólo estuvo. Ni una declaración ante la prensa, ni una réplica a sus adversarios. El mensaje era él.

Tras visitar Vitoria y antes de desplazarse a Pamplona, el secretario general del PSOE recaló en la capital riojana para zambullirse entre la gente. Y la gente, un día de fiesta, toma el vermú antes de comer. Así que emprendió su recorrido desde la calle Bretón de los Herreros para ingresar luego en la Laurel. Un escueto trayecto que sin embargo un candidato no puede calcular en tiempo ni en espacio, sino por el número de besos y selfis. Con esa unidad de medida, el paseo de Sánchez resultó eterno. Flanqueado por la cúpula regional socialista, los aspirantes riojanos a sentarse en su misma bancada en las Cortes y una generosa ración de acólitos, se mezcló entre el ecosistema que prolifera a esas horas en ese lugar. Familias a la caza de su pincho favorito, cuadrillas de chiquiteros, turistas que el lunes mostrarán en el trabajo la insólita foto junto al inquilino de La Moncloa y jóvenes arrastrando su maletita de ruedas antes y/o después de una despedida de soltero/a.

El riesgo cuando el candidato se queda en el coche oficial y es la persona quien sale a la calle es que el abrumador séquito que le acompaña no pueda controlar cada detalle. Que entre los afines que trazan su anillo de seguridad se incruste un intruso -Vox también eligió este viernes el mismo escenario para repartir propaganda- y el trampantojo de espontaneidad se empañe con algún exabrupto en voz alta. No fue el caso. Sánchez se tomó plácidamente su ya ritual vino de Rioja cuando pasa por Logroño, ojeó el libro 'La Barranca es una poesía cargada de futuro' que recibió como regalo y después de pararse ante el Museo de La Rioja enfiló la calle Portales para entrar en un tienda de productos típicos. Allí remató su visita con una disertación de Cipriano Lodosa sobre El Quijote como referente (también para la política) de los abusos y la ética. Espárragos y conservas. Pedro Sánchez y el líder del PSOE.

«Hemos dejado para el final la visita a Calahorra porque va a ser aquí donde empiece la llegada del Partido Popular a La Moncloa el 10 de noviembre», dijo Pablo Casado entre aplausos este viernes en el kiosko del paseo del Mercadal, donde presentó un plan de choque contra la despoblación del medio rural.

El candidato del PP a la presidencia del Gobierno de España apoyó a los dirigentes riojanos al comentar «me siento casi riojano, la última vez que visité esta región estupenda, el día de la vendimia, dijimos que ya se echa de menos el gobierno autonómico del Partido Popular. Muy pronto volveremos a tener al PP en el Gobierno riojano y en el Ayuntamiento de Logroño y de Calahorra».

Casado comentó que «los agricultores, ganaderos y el sector del vino viven con incertidumbre la crisis de los aranceles con Estados Unidos y la posible nueva negociación de la política agraria en Europa, que puede pasar factura al empleo de esta tierra. Como presidente del Gobierno iré a Estados Unidos a negociar para que los aranceles no afecten a los productos de España».

Incidió en su intención de pelear contra la despoblación. «El freno de la despoblación pasa por los servicios públicos, por tener escuelas abiertas de cinco o seis niños en los pueblos, transporte urbano que es deficitario pero necesario para conectar a los pueblos con la capital, consultorios médicos, ambulancias, atención a la dependencia», explicó Casado y añadió que «otro punto importante es la maternidad, y somos el único partido que plantea en el programa una ley de apoyo a la maternidad. Y, en tercer lugar, se necesita fijar la economía productiva en los pueblos y para ello nos comprometemos a una tarifa plana para los autónomos que emprendan en el entorno rural de 24 meses (los 12 prometidos para todos y otro año para aquellos que se queden en sus pueblos)».

Casado siguió hablando del entorno rural con el plan 'cien por trescientos' (cien por cien del territorio nacional con un ancho de banda y de fibra óptica de internet de trescientos megabytes) para los que quieran poner su comercio o negocio.

«Vamos a acabar con el impuesto de donaciones y sucesiones, bonificaremos el IBI y facilitaremos las reformas de viviendas y locales para la gente que quiera vivir en los pueblos», indicó Pablo Casado.

Calificó La Rioja como «cuna del español, una tierra preocupada por lo que pasa en España, cuya historia es indisociable de la construcción de la nación española y preocupada porque Pedro Sánchez no haga nada con lo que pasa en España. Hoy se ha quitado la máscara de Halloween y ha dicho a Pablo Iglesias que quiere formar un gobierno con Podemos, la izquierda radical», afirmó el candidato popular. «Hoy -insistió-, el señor Sánchez ha elegido disfraz, el del Gobierno Frankenstein con Podemos, Junqueras, Torra y Otegi. Ciudadanos ha dicho que no quiere bloquear y los partidos regionales pactan con el PSOE, por lo tanto el Partido Popular es la única opción para los españoles que queremos recuperar la economía, el empleo, la prosperidad, la unidad nacional y la seguridad y orden en Cataluña. El PP creó 7 millones de empleos, paró a Ibarreche, a Puigdemont, parará a Torra y recuperará el futuro de España», terminó.

Antes, Pablo Casado había llegado a Autol con cierto retraso. Se esperaba al líder del PP a las 14:45 pero vino más de una hora después. Había participado en un acto en Vitoria y en las calles autoleñas le recibieron simpatizantes de todas las edades, familias y autoridades del partido regional y de diversos municipios.

Las banderas azules con el logotipo del PP, los abrazos, besos y constantes elogios y vítores se oyeron con la llegada a Autol del candidato a ocupar la Presidencia del Gobierno español.

Agasajado y acompañado por una nutrida comitiva de autoridades y medios de comunicación, tuvo que parar cada dos por tres porque todos querían saludarle y fotografiarse con él. «Guapo» y «presidente» le gritaban a su paso.

Desde la Travesía de Ezquerro, Pablo Casado bajó por la calle González Gallarza, donde están los puestos del mercado artesanal de las décimas jornadas del champiñón y la seta de Autol.

Se interesó en especial por el puesto donde venden productos relacionados con el cultivo de estos alimentos y finalmente llegó a la carpa municipal para visitar la exposición 'Homenaje al champiñón y la seta' en la que se ponen en valor estos alimentos con diferentes expositores.

Comenzó por el que muestra los sacos de compost del que nacen los champiñones y setas. Habló con productores, con el presidente de la Asociación de Cultivadores de La Rioja, Aragón y Navarra, Francisco Sáenz López, y también atendió las explicaciones de la anfitriona, la alcaldesa Catalina Bastida.

Durante el recorrido vio los productos envasados tanto en fresco como en conserva, todo ello sin parar de atender a sus simpatizantes, de saludarles y fotografiarse con ellos según caminaba por el recinto con la alcaldesa, el presidente del PP riojano, José Ignacio Ceniceros, y la vicesecretaria de Política Social del PP, Cuca Gamarra, entre otros muchos políticos.

Casado, que no perdió la sonrisa ni un instante, pudo charlar con el consejero delegado de Conservas Cidacos, Fernando Baroja Mazo. También hizo un alto en el puesto de Eurochamp. Ambas son empresas autoleñas punteras del sector en La Rioja. El líder del PP comprobó de primera mano algunas de sus principales referencias en envases de lata y cristal.

Antes de salir, rodeado de numerosas personas, saludó al político autoleño Carlos Cuevas y a su mujer y cogió en sus brazos a la hija de estos, recién nacida, una escena tierna que aplaudieron los presentes.

La visita tampoco dio para más y ni siquiera pudo degustar uno de los exquisitos pinchos de las jornadas. Pablo Casado tenía que trasladarse a Calahorra, pero antes, justo al salir de la carpa, posó en una foto de grupo con autoleños y parte de la comitiva de autoridades del Partido Popular.