La Rioja desvela hoy si devuelve su confianza al bipartidismo

Así como la convocatoria de abril estaba marcada por la absoluta incertidumbre tras décadas de equilibrio bipartidista, la cita de este 10 de noviembre ofrece más certezas que dudas, atendiendo a lo que pronostican los sondeos. Entre ellas, que el PSOE y el PP estén en condiciones de recuperar el tradicional empate a dos escaños cada uno en el Congreso de los Diputados. Un equilibrio que en la historia reciente se quebró en el 2000 y el 2011 con tres parlamentarios a favor del PP, cuando la fortaleza de sus siglas dejó a las del PSOE en minoría.

Al menos eso es lo que indican las encuestas, como la de GAD3 para Diario LA RIOJA que, además, auguran el declive en la región de la entronizada 'nueva política': un crecido PP, superior en votos al PSOE incluso, le arrebataría a Ciudadanos el escaño en la Carrera de San Jerónimo alcanzado en abril, y Unidas Podemos -con la concurrencia nominal de Izquierda Unida, pero sin miembros de esta coalición en las listas-, que en junio del 2016 aupó a Sara Carreño como congresista, se enfrentaría en La Rioja a la impotencia de observar un declive que empezó hace siete meses.

No sería el caso de Vox. Las previsiones demoscópicas coinciden en otorgar a la formación que preside Santiago Abascal una subida más que notable en todo el país. Y, aunque en La Rioja no lograría el umbral de apoyos necesarios para hacerse con el disputado cuarto congresista -al igual que le sucedió en los comicios celebrados en primavera-, sí que puede ser absolutamente decisivo en el desenlace de este 10N en el Senado. Hasta el punto de tener la llave que provoque un vuelco total respecto a los resultados del 28 de abril.

Y es que, la contienda en la Cámara Alta está bastante más abierta que en la Baja debido al sistema de listas abiertas. Tradicionalmente el votante suele marcar las tres cruces al mismo partido. Pero como Vox ha decidido presentar un único candidato al Senado en la comunidad puede ocurrir que sus votantes riojanos marquen las dos casillas restantes a favor del PP. Esa situación daría un giro en La Rioja a lo acontecido el pasado 28 de abril, de forma que de los tres senadores socialistas y uno popular, se pasaría a tres populares y uno socialista. Cuestión en absoluto baladí: la también llamada Cámara de representación territorial es determinante para aprobar (por mayoría absoluta) la aplicación del artículo 155 de la Constitución, como ocurrió con Cataluña hace dos años.

Por su parte, Ciudadanos encara las elecciones de hoy con la esperanza de retener la histórica acta de congresista de María Luisa Alonso. Las encuestas no les son favorables, pero los 'naranjas' confían en el voto de los indecisos, el voto de última hora. Los sondeos les vaticinan que en La Rioja perderán la mitad del 17,8% de los apoyos cosechados en abril, pero la formación se resiste a aceptar ese escenario, en la convicción de que siempre han terminado por imponerse a los estudios sociológicos que estudian las orientaciones y la opinión pública.

También recelan de los augurios demoscópicos en Martínez Zaporta. GAD3 les vaticina un leve retroceso de dos puntos sobre el resultado del 28A, pero los socialistas acuden a la cita de hoy con las urnas esperanzados de que pueden seguir adelantando al PP en número de votos. No parecen amenazados, en ningún caso, sus dos escaños pero, por si acaso, durante la semana de campaña electoral se han fajado pidiendo a los electores riojanos que aglutinen el «voto progresista» en torno a sus siglas, no sólo para facilitar el desbloqueo institucional, sino movilizándoles ante el importante crecimiento que se espera que experimente Vox.

También la formación que preside Pablo Casado ha hecho un llamamiento a los electores del centro-derecha a concentrar el «voto útil» en el PP, «la única opción» para un cambio en La Moncloa. Ese ha sido el mensaje central de su campaña: recordar día si, día también, a los simpatizantes de este espectro político que la fragmentación impide traducir en escaños un previsible aumento de apoyos en las urnas como auguran los sondeos.

En dos factores han coincidido las estrategias de ambas formaciones. Por un lado, en la apelación permanente a los electores de sus respectivos espacios ideológicos a retornar a las siglas que en elecciones pasadas abandonaron seducidos por los nuevos partidos, y en reconocer a La Rioja la relevancia que, a priori, la aritmética (la comunidad solo aporta ocho de los 558 parlamentarios en juego hoy) le niega: tanto Pedro Sánchez como Pablo Casado visitaron la región, presencias tanto más relevantes si se tiene en cuenta la fugacidad de la campaña.