La Rioja regresa al bipartidismo

PP y PSOE se reparten los diputados y los senadores tras la hecatombe de Ciudadanos | El auge de Vox, que se convierte en tercera fuerza política, no le alcanza para conseguir un escaño en la comunidad autónoma

Pío García

Logroño

Domingo, 10 de noviembre 2019

Cuando todo el país se rompe en un llamativo e ingobernable rompecabezas de mil colores, La Rioja regresa al bipartidismo más clásico: PP y PSOE se reparten todos los diputados y senadores en juego. Al Congreso viajarán populares (dos) y socialistas (dos), como solía ser norma hasta la irrupción de la nueva política. En los años 2015 y 2016, fue un juvenil y efervescente Podemos quien puso la primera pica en Flandes al obtener un escaño para Sara Carreño. El pasado mes de abril, sin embargo, la opción morada se despeñó -víctima de sus errores y de los conflictos internos- y un Ciudadanos rutilante ocupó el cuarto puesto de la circunscripción riojana. Pero María Luisa Alonso, la diputada naranja, apenas ha tenido tiempo para conocer qué menú sirven en la cafetería del Congreso. En tan solo seis meses, los muchachos de Albert Rivera, que en abril casi parecían alternativa de gobierno, han caído en la irrelevancia. Su costalada en La Rioja ha sido de tal calibre que de golpe se ha convertido en la quinta fuerza política de la región, por detrás de Vox y de Unidas Podemos.

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En La Rioja, el PSOE ha ganado las elecciones por muy poco. Apenas siete décimas (985 votos) han separado el resultado de los socialistas del que han obtenido los populares. Si lo de ayer hubiera sido una carrera ciclista, los dos grandes partidos habrían entrado en la meta muy destacados, con el triunfo socialista resuelto por foto finish, y con los demás contendientes lejos, lejísimos, sin opciones reales de subirse a ningún podio. Sin embargo, el segundo clasificado tiene en esta ocasión más motivos para la alegría que el vencedor. El PP recupera pulso tras las elecciones de abril y mayo, y consigue más de 7.000 sufragios nuevos y nueve puntos más. El PSOE, que mantiene su liderato por los pelos, se deja por el camino casi mil votos, aunque la menor participación hace que también haya incrementado su porcentaje de sufragios (34,88%).

Vox avanza, Cs se hunde

El alza de Vox en toda España también se ha notado en La Rioja..., aunque no tanto como en otros lugares. La tropa de Abascal se ha aúpado al tercer lugar con un número considerable de sufragios, pero hubiera necesitado 9.333 votos más para atrapar un escaño. Si comparamos los votos de noviembre con los de abril, la ultraderecha ha convencido a 2.000 nuevos votantes. Cuantitativamente, sin embargo, ha sido mucho más relevante el hundimiento de Ciudadanos, que en solo seis meses ha defraudado a 21.000 riojanos: de conseguir un flamante 17,80% en abril a firmar un escuálido 7% en noviembre. Un caso digno de estudio, una hecatombe raras veces vista en tan poco tiempo.

Tampoco Unidas Podemos tiene muchos motivos para sonreír. Prosigue su declive en La Rioja, aunque le quepa el magro consuelo de haber sobrepasado a su antagonista naranja, con quien se venía jugando el escaño en las últimas elecciones. Los 21.331 votos que recibió Edith Pérez en abril se han convertido en los 15.804 que ayer recogió Luis Illoro.

A todos ellos, la batalla por los escaños les ha pillado en realidad muy muy lejos. El bipartidismo vuelve a reinar en La Rioja, quizá no como en los viejos tiempos, pero sí de una manera sonora, incontestable. Siete de cada diez papeletas que ayer cayeron en las urnas de la comunidad autónoma tuvieron como emblema una rosa o una gaviota.

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Si observamos el voto en las cabeceras de comarca, la igualdad entre los dos grandes partidos salta a la vista. El PSOE gana en Logroño, Arnedo, Haro, Alfaro, Cervera y Torrecilla. Su vitoria más contundente fue en la ciudad del calzado (once puntos arriba). En la capital, los socialistas se han impuesto por 1.500 votos (dos puntos). El Partido Popular ha sido el partido dominante en Calahorra, Nájera y Santo Domigo.

Tablas en el Senado

Mientras que el empate a diputados se vio claro desde los primeros momentos del recuento, la verdadera batalla se vivió en el Senado. Como los electores habrán comprobado una vez más, el sistema de listas abiertas permite que los votantes señalen a sus candidatos favoritos, sean del partido que sean. De costumbre, no suele haber sorpresas y los ciudadanos tienden a tachar los tres nombres de su lista preferida. Por eso, el partido más votado gana por 3-1 en un escrutinio que nunca suele deparar sorpresas. Jamás se había dado un empate a dos.

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Pero ayer hubo un detalle que quizá convenga tener en cuenta a la hora de realizar un análisis urgente de los resultados: Vox solo presentaba una candidata, Silvia Garrido, de manera que sus electores pudieron marcar libremente otras dos casillas. De esta circunstancia, salieron seguramente beneficiados los dos primeros aspirantes del PP, que pronto supieron que iban a tener el escaño asegurado. La disputa se libró por el cuarto puesto en la Cámara Alta, y fue encarnizada. El número dos del PSOE, Pedro A. Montalvo, y la número tres del PP, Rosa Ortega, libraron durante toda la noche una contienda estrechísima que al final se decidió en favor del aspirante socialista y alcalde de Arnedillo, que renovará su escaño.

De esta manera, el empate a dos en el Congreso se traslada también al Senado, con un cambio relevante con respecto a las elecciones de abril. Entonces, el PSOE envió a sus tres candidatos al Palacio de la Marina, sede de la Cámara Alta, y ayer tuvo que lamentar una baja: la exalcaldesa de Fuenmayor, Carmen Arana, se quedó sin el acta que había conseguido hace seis meses.

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