Díaz propondrá una consulta en Cataluña pero para ratificar un acuerdo entre los gobiernos

Respondían así al deseo mostrado por la diputada de los comunes y cabeza de lista de Sumar por Barcelona, Aina Vidal, que horas antes, en una rueda de prensa en Sabadell, se había mostrado convencida de la inclusión del plebiscito pactado en torno el derecho a decidir. «En el referéndum estamos donde hemos estado siempre. Cataluña debe votar su futuro. Formará parte de nuestro programa electoral», afirmó.

El entusiasmo de Vidal contrasta con los llamados «documentos iniciales para un proyecto de país», una suerte de embrión programático surgido de los grupos de reflexión convocados por Sumar que la propia Díaz presentó antes de la campaña del 28-M, en la que su proyecto no participaba directamente. Entre las medidas presentadas, los equipos de Sumar se mostraban ambiguos sobre la cuestión de la autodeterminación para Cataluña y, en cambio, sí apostaban por el «reconocimiento» de la «pluralidad nacional» conciliándolo siempre con «una idea integradora» de España.

La novedad en esta disparidad de matices es que ahora se produce entre la vicepresidenta segunda y una de las formaciones que más cercana se ha mostrado a su proyecto durante el proceso de configuración del mismo. No en vano, los comunes –y sobre todo su líder, Ada Colau– fue el actor de la órbita de Sumar con el que Díaz se volcó con más fuerza en la campaña del 28-M, participando en los actos de cierre y final en Cataluña.

La líder gallega expresó con más nitidez, en cambio, su postura sobre la propuesta de Pedro Sánchez de organizar debates cara a cara con el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ante el 23-J excluyendo al resto de fuerzas en liza. Díaz tachó de «grave error» y de imagen del pasado los «debates entre dos hombres» y remarcó que la ciudadanía está «mucho más preocupada por el tiempo de su vida que por el tiempo de los debates», sobre el que se ha generado «ruido». También lamentó que «en pleno siglo XXI» no exista una ley que regule su celebración y lanzó su propia propuesta: que haya al menos «seis debates cara a cara» entre los candidatos de PSOE, PP, Sumar y Vox, otro general entre los cuatro y diversos foros de discusión sectoriales.

Por su parte, el PP, que rechazó por «excéntrica» la propuesta de Sánchez de seis debates, está dispuesto a aceptar un duelo del líder gallego con el presidente del Gobierno, pero con condiciones. Génova emplaza a Ferraz a mantener una reunión el próximo lunes para cerrar detalles. Pero su objetivo es poner en un brete al presidente, al darle a elegir entre un debate a tres co Yolanda Díaz o que él absorba el papel de Sumar dado que gobiernan en coalición.

Y junto a este incómodo emplazamiento, piden también celebrar un segundo debate que incluya a las siete formaciones políticas más relevantes. Es decir, un formato en el que los socios que han apoyado a Sánchez la actual legislatura –ERC, EH Bildu o PNV– estén presentes. «Partidos que han estado en la gobernabilidad de España», apuntaba el portavoz de campaña del PP, Borja Sémper.

Mientras tanto, el presidente del Gobierno mantiene su intención de mantener varios cara a cara con Feijóo y remitió su disponibilidad por carta a varios medios de comunicación. En un acto en Ferraz, Sánchez cargó contra el líder del PP, al que afeó «no explicar» los pactos de su formación con Vox: «Para Feijóo los debates son como los gimnasios en enero, uno se apunta pero nunca va», ironizó.