Alberto desaparecido
Lorenzo Silva
Miércoles, 19 de julio 2023, 23:56
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Lorenzo Silva
Miércoles, 19 de julio 2023, 23:56
Sobre el papel, no dejaba de tener cierta lógica la decisión del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, de ausentarse del debate a cuatro con los candidatos de Vox, Sumar y PSOE propuesto por TVE y exigir que en su lugar se hiciera uno más ... amplio junto a los de EH Bildu y ERC. Dado el perfil institucional y moderado de la vicepresidenta Díaz, el dirigente popular no podía verse frente a ella y frente al presidente Sánchez en compañía de Abascal y sin contar con el contrapeso de los independentismos vasco y catalán, a fin de devolver la acusación de confraternizar con radicales que de seguro iba a recibir de sus oponentes.
Sin embargo, su opción por la silla vacía generaba un par de riesgos importantes. El primero, que el líder de Vox tuviera la oportunidad de aprovechar su incomparecencia para aplicarse a combatir la fuga de voto útil desde su electorado hacia el PP. El segundo, que sus propias posiciones, o lo que es lo mismo, la propuesta conservadora, las representara un portavoz, Abascal, que no sólo no comparte del todo sus objetivos, sino que no deja de tener sus limitaciones. En definitiva, faltar a la cita de TVE podía equivaler para el desaparecido Alberto a desproteger sus flancos, el que tiene a la derecha y el que tiene a la izquierda, y en ambos se juega su suerte el 23 de julio.
Visto el debate, el riesgo que podía permitirse con mayor tranquilidad era el primero. No parece que la oratoria rígida y algo robótica de Abascal haya servido para mejorar ante el electorado conservador sus opciones frente a las del PP. En cambio, la acción notoriamente concertada de Díaz y Sánchez contra el derechista solitario ofreció más de un momento en el que las propuestas conservadoras se vieron peor defendidas. La querencia por el dato de Díaz expuso la ignorancia de Abascal del número de empleados del sector agrario, que tanto se jacta su partido en defender. Y el empeño de Abascal por degradar al Gobierno por sus pactos chocó con el amargo recordatorio de que Vox votó con EH Bildu en contra de la reforma laboral.
El domingo se verá si éste, dada su ventaja de partida, era un lujo que Feijóo podía permitirse. Lo que no cabía esperar era que Abascal batiera a dos rivales lo bastante listos y correosos como para no desperdiciar semejante ocasión.
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