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Los votantes en el colegio electoral de la Universidad de La Rioja, en Logroño, se han llevado la sorpresa este domingo de encontrarse como vocal de una de las mesas al obispo de la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, Santos Montoya Torres. Como ... un ciudadano más, el obispo riojano, de origen manchego, fue elegido vocal de mesa, condición que es la primera vez que le toca, apenas un año después de ser nombrado máximo responsable de la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño y residir, por tanto, en el Seminario, aledaño al Edificio Quintiliano, donde ejerce de vocal en una mesa electoral, pocas semanas después de ser designado también Consiliario Nacional de Manos Unidas.
«Recibí la notificación con la misma sorpresa que todos los españoles a los que les ha tocado. Es un sorteo, te toca y aquí estamos todos para lo mismo. Es la primera vez que me toca, ha sido casualidad, llegar a La Rioja y… pum», ha reconocido Santos Montoya entre voto y voto de los ciudadanos. El obispo ha atendido amablemente a todos los medios de comunicación que han acudido a entrevistarle y también ha saludado afectuosamente a todos los votantes que le han reconocido. Con buen humor también ha opinado sobre la intervención divina que procurará su presencia para el buen transcurrir de las elecciones, ante las suspicacias vertidas por las fechas y el voto por correo. «Confiemos en que vaya todo bien no porque esté el obispo sino porque todo está funcionando bien. Es una gozada ver con qué normalidad va todo. Este día es una fiesta para la democracia y es un honor colaborar», declaró Santos Montoya.
En la UR acuden a votar vecinos de los barrios Los Lirios, Ballesteros y Madre de Dios, muchos aprovechando para acudir a continuación a la piscina, otros aprovechando para sacar al perro y otros tomando el vermú antes o después. La jornada es calurosa e invita a disfrutar del domingo. Una imagen curiosa que se ha podido ver es la de varias monjas, como las del convento Madre de Dios y las de La Inmaculada, votando en la misma mesa del obispo. Algunos votantes, ciudadanos de a pie, no se habían dado cuenta de quién era el vocal de la mesa donde votaban, solo reconocían, por el alzacuello, a un sacerdote. «Hay gente que me conoce, familias con las que tengo contacto y me saludan, y otros que no», confiesa el obispo. Aunque los primeros sorprendidos han sido sus compañeros de mesa, Consuelo y el presidente, Raúl. «Ha sido una sorpresa, pero agradable porque es una persona encantadora y muy amable», reconocía Consuelo. «Nos ha sorprendido porque no pensábamos que le podía tocar», confesaba Raúl, añadiendo que, sobre todo la gente mayor, sí lo reconoce.
Eso sí, lo que inevitablemente le provocará al obispo es perderse la misa dominical. «Es verdad. Tendré que buscarme un poco la vida, en lugar de ir a los pueblos, como acostumbro. Pero si hay que estar aquí, bendito sea Dios», ha admitido resignado Santoss Montoya.
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