Alberto Núñez Feijóo. ATRESMEDIA

Feijóo dormirá más tranquilo

Sánchez estuvo nervioso, atropellado, huidizo en la multitud de temas espinosos y desagradables que jalonan su legislatura

Ignacio Marco-Gardoqui

Martes, 11 de julio 2023, 00:58

Los dos candidatos llegaron al debate con exigencias diferentes. Pedro Sánchez tenía que ganar a toda costa y con contundencia para enderezar unas encuestas que le son adversas, mientras que a Alberto Núñez Feijóo le bastaba con no perder por demasiada diferencia, dado el margen ... que le conceden en intención de votos -todas, ahora incluso las que cocina el inefable José Félix Tezanos-.

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Visto así, ¿ganó Pedro Sánchez con contundencia? No, ni mucho menos. Estuvo nervioso, atropellado, huidizo en la multitud de temas espinosos y desagradables que jalonan su legislatura. Se agarró al adversario para tratar de paralizar el combate, como hacen los boxeadores que ven más suelto a su adversario e insistió de forma machacona en introducir a Vox en el debate haciendo una identificación entre el PP y el partido de Santiago Abascal que fracasó en Andalucía, antes en Madrid y ahora en la Rioja, en Valencia... No es probable que le funcione en las legislativas, máxime cuando tiene tantas dificultades para explicar su actuación en asuntos como la aprobación de la ley del 'solo el sí es sí', sus pactos con Bildu y ERC, su cambio de postura con Marruecos y otras menudencias.

Tampoco es evidente que Feijóo ganara por goleada, pero estuvo más sereno y contundente, más relajado y menos crispado. Su oferta de no gobernar si pierde y su petición de reciprocidad fue directa a la mandíbula y la defensa de Sánchez consistió en igualar la situación en Extremadura con la del conjunto de España. Dudo mucho que colara semejante pretensión. Insistió mucho en la liberación de agresores sexuales, lo que carece de réplica y estuvo ágil al escaparse de la guerra de las banderas LGTBI con la mención a los ataques a la bandera española. Tampoco creo que la mayoría las equipare, como pretendió el presidente.

En el terreno económico, Sánchez insistió en los datos favorables de los últimos meses y Feijóo le replicó con los adversos de los últimos años. Todo muy previsible, aunque Sánchez no fue capaz de cuantificar el número de fijos discontinuos que oscurecen las estadísticas, ni de añadir algo más que la guerra de Ucrania para justificar la pérdida de poder adquisitivo y de PIB per cápita y el aumento del número de familias en riesgo de exclusión que ensombrecen la situación de la economía española.

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En resumen: un debate muy repetitivo que añadió poco a lo que ya sabíamos. Si las exigencias iniciales eran las que eran, no hay duda de quién dormirá más tranquilo.

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