La gallega «hiperactiva» que solo duerme tres horas

La candidata de Sumar llega la tarde anterior desde Madrid, donde protagoniza un mitin en el barrio de Villaverde, para poder atender todos sus compromisos en Pamplona desde primera hora de la mañana. La capital navarra está a medio gas, en plena resaca de Sanfermines, y Díaz ha dormido poco, «tres o cuatro horas», desvelan en su equipo más cercano, costumbre habitual en la líder gallega.

Tras un desayuno frugal y vegano, acude a la sede de la cadena SER en la ciudad para ofrecer una entrevista en la que incide en el argumentario que lleva defendiendo en los últimos días: pedir a Alberto Núñez Feijóo que explique «su relación con el narcotráfico» por su antigua foto con Marcial Dorado y retarle a acudir al debate que organiza RTVE ese mismo miércoles para discutir de materia laboral. De gallega a gallego. Él no asistirá a la cita en la que ella intentará marcar perfil propio.

La candidata de Sumar, acompañada de su inseparabe jefa de prensa, Virginia Uzal, se acerca puntual al Monumento a los Fueros. Allí le espera la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, con la que ha tenido roces desde hace meses. Primero por el papel de los morados en la coalición de izquierdas y, tras el adelanto electoral, por la exclusión de Irene Montero en las planchas de la organización. «¿Ha habido abrazo, ha habido abrazo?», es la pregunta más repetida entre los periodistas allí congregados. Lo ha habido, pero ha sido tan fugaz que pocos han atinado a verlo.

Ambas emprenden un paseo por el centro de Pamplona y, a mitad de la calle Mercaderes, mítico punto de los encierros, Díaz sufre con los tacones que le alzan sobre el empedrado. «Tendría que haberme puesto mis Converse -calzado deportivo- blancas», confiesa a la número uno de la lista por Navarra, Idoia Villanueva, que le devuelve una sonrisa. Durante la caminata muchos ciudadanos la reconocen:

-«Es la gallega, me parece un poco radical», dice una señora.

-«Es radical, pero siempre cumple lo que promete», le responde su acompañante.

El duelo de selfis entre Díaz y Belarra, que hoy juega en casa, en su ciudad natal, lo gana por goleada la vicepresidenta.

Media hora más tarde llegan al Rincón del Caballo Blanco, un lugar con encanto en el que aguardan unos 200 simpatizantes de Sumar. Entre ellos -en última fila y de forma discreta- se encuentra Enrique Villarreal, más conocido como El Drogas, excantante de Barricada. Los voluntarios de la coalición reparten gorras, pulseras y abanicos, pero los balones de playa con el logotipo del partido son los primeros en agotarse.

El acto lo inicia Belarra, que llevaba sin compartir escenario con Díaz desde un año antes, durante la campaña de las autonómicas andaluzas, de infausto recuerdo para su espacio político por los malos resultados cosechados y la rivalidad entre las distintas organizaciones. La secretaria general de Podemos reivindica los logros de Irene Montero al frente de Igualdad, con la ley del 'solo sí es sí' en el frontispicio.

Era un momento incómodo porque la líder gallega reconoció días antes que «podía haberse hecho mejor». Pero el mitin se ha organizado para exhibir unidad de cara al 23-J. Y Díaz lanza un guiño a su compañera de Consejo de Ministros: «Ione sabe bien cómo hemos logrado sacar las leyes sociales adelante». Al finalizar su intervención se queda conversando un rato con los seguidores que se le acercan.

Sin tiempo para más, la líder gallega, con las prisas que marcan su agenda, regresa a Madrid en tren. Por la tarde su portavoz de campaña, Ernest Urtasun, tiene una reunión con representantes de RTVE para cerrar todos los detalles del debate «clave» con Pedro Sánchez y Santiago Abascal. Díaz mantiene comunicación constante con el eurodiputado.

La candidata de Sumar ha liberado su agenda para los próximos dos días -tenía previsto un acto junto a Alberto Garzón en Málaga al día siguiente, que se celebra sin su presencia-. Junto a su equipo repasa cada argumento y los trances a los que puede tener que hacer frente con la mirada puesta en los indecisos. Acaba así otro día largo.