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Carlos Benito
Jueves, 20 de julio 2023, 00:14
Puede que, ideológicamente, Alberto Núñez Feijóo y Yolanda Díaz tengan muy poco en común. Pero, si nos fijamos en sus biografías, los dos comparten una circunstancia importante: con unos años de diferencia, tanto el candidato del PP como la líder de Sumar estudiaron Derecho en la Universidad de Santiago (USC). El entorno de la facultad, junto a la biblioteca Concepción Arenal, parece un buen sitio para averiguar cómo contempla la juventud a estos compañeros de 'alma mater'. En torno a un banco, cerca de pintadas de Xuventude Comunista y lemas en defensa de la lengua gallega, están charlando Rodrigo, de Derecho y coruñés; Paula, de Farmacia y viguesa, y Gonzalo, de Economía y orensano, que andan «de recus».
«Siempre ha habido muchos ministros y políticos gallegos. Fraga, Rajoy, Feijóo... y el otro al que no quiero ni mencionar», comentan. Ninguno de los tres tiene pensado apoyar a Feijóo ni a Díaz. «Yo nunca he votado a un partido nacional, siempre al Bloque», dice Rodrigo, el más locuaz de los tres. Paula está «gestionando» internamente qué papeleta va a depositar, mientras que Gonzalo tiene claro que ni siquiera acudirá a las urnas. «Feijóo es como una ameba, pero va a ganar igual. Cuando estaba en Galicia se le veía más serio, pero ahora... Y Yolanda ha hecho bien en ir por su cuenta si el objetivo es vivir del cuento, pero no me interesa políticamente», descarta el alumno de Derecho.
- Usted estudia en la misma facultad que ellos, a lo mejor en unos años lo tenemos de candidato.
- No creo, no la frecuento mucho.
Cuando uno va preguntando a gallegos por Feijóo y Díaz, recibe a menudo ese tipo de respuestas críticas con ambos. En algunos casos puede ser cuestión de ideologías divergentes, pero en otros parece deberse más bien a esa afición local por el rodeo en lugar del camino recto: muchas veces, el forastero tiene la poderosa sensación de que esa persona que ironiza contra Feijóo, por ejemplo, es en realidad -en uno de esos trasfondos ocultos bajo la retranca- uno de sus votantes de largo recorrido.diaz
En cualquier caso, el salto de los dos políticos gallegos a la arena a menudo embarrada de Madrid no parece haber alterado esencialmente el equilibrio de simpatías en la esquina noroeste. Las encuestas vuelven a pronosticar aquí el triunfo claro del PP (en algunos sondeos, con una mayoría absoluta similar a las cuatro que logró Feijóo para la Xunta) y una pelea enconada de Sumar con el BNG, en ese espacio electoral que los nacionalistas de izquierdas se disputan desde hace años con las mareas y Podemos.
«Feijóo y Díaz movilizan a los que ya movilizaban, el paso a la política nacional no ha modificado sustancialmente su imagen o sus afectos o desafectos. Si acaso, se les reprocha que Galicia no tenga un peso más político y menos afectivo en su discurso. Van de gallegos pero hablan poco de los problemas de aquí», analiza Antón Losada, politólogo y profesor en la USC.
Como mucho, algunos simpatizantes del PP pueden haberse sentido alienados por la relación entre su expresidente regional y Vox. El perfil ideológico de Feijóo siempre ha sido impreciso, muy característico del vasto terreno político que cubre el PP en la comunidad: a él mismo le encanta hablar de «el partido que más se parece a Galicia», en una combinación de conservadurismo y galleguismo que deja sin hueco a una opción nacionalista de derechas como las de Euskadi y Cataluña, y hace solo tres años criticaba a Vox por estar «contra Galicia».
¿Y cómo ven sus votantes de siempre los pactos con Vox? «El votante popular gallego no se plantea ese escenario porque Vox en Galicia no existe apenas. Les molesta no ser mayoritarios con absoluta, que es a lo que están acostumbrados. El discurso de Vox resulta muy ajeno y puede que bastante incómodo para la mayoría de los votantes del PP gallego, mayoritariamente gallegoparlante y con un grado de satisfacción muy alto con la autonomía y la Xunta de Galicia. El discurso centralista les molesta», apunta Losada.
Tres pensionistas de entre 70 y 80 años (Manuel, Jesús y José) dan su paseo vespertino por la Alameda, en Santiago. Dicen que suelen «discrepar» siempre que conversan de política, pero ante el forastero cotilla adoptan una postura descreída en general: «A estos dos que se han ido a Madrid yo los mandaba de vuelta para Galicia. Ojo, a Yolanda hay que reconocerle que ha sido una ministra de Trabajo trabajadora, pero tiene el defecto de ser comunista. Y Feijóo no da la talla, aunque va a ganar, porque la gente está harta de Sánchez: de él, no del PSOE», hace su repaso Manuel. Y después enarca las cejas, hace un gesto de profundísimo interés y añade: «Pero yo no sé de esto: mejor pregunte a aquel del banco, que es el experto». El del banco es otro Manuel, a quien todos llaman por el apellido, Suárez.
- Oiga, que me dicen que usted es el experto.
- Yo estuve muchos años en Venezuela y vi cómo se cargaban el país. De política no quiero saber nada.
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