Pedro Sánchez comparece ante los simpatizantes socialistas en la sede de Ferraz. AFP

Continuará

Si alguien en el PSOE tenía preparado el relevo para Sánchez, deberá esperar

Eva Silván

Lunes, 24 de julio 2023, 00:38

Tras una campaña dura donde todos los partidos se han cruzado acusaciones de mentir al electorado, una parte importante de la población llegaba al 23-J con mucha incertidumbre y miedo, mezclados con sensación de peligro y amenaza ante lo que intuían como un resultado ... que podía poner en cuestión los avances en derechos de la última legislatura. En el lado de la derecha, el temor a una remontada de la izquierda colocaba a sus votantes ante la duda de haber generado muchas expectativas y quedarse con la miel en los labios. Las elecciones más polarizadas de la historia democrática navegaban entre la ansiedad, el pánico y el descorche de una botella de champán. Estaba por decidir si había descorche o si habría que esperar a una nueva convocatoria para ir a las urnas.

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Lo sucedido. El manual de resistencia de Pedro Sánchez se le ha atragantado al PP. Ya nadie quiere recordar en Génova aquellas previsiones que les hacían pensar en acariciar con los dedos el 'efecto Moreno' en Andalucía y el 'efecto Ayuso' en Madrid: concentrar a la mayoría del bloque de la derecha. Feijóo gana y queda muy lejos de poder gobernar, ni con el apoyo de Vox. La opción del apoyo del PNV es un imposible. La estrategia popular ha fracasado.

Si alguien en el PSOE tenía preparado el relevo para Sánchez, deberá esperar. Si hay alguien que creyó en unos buenos resultados para los socialistas, ese era Pedro Sánchez: su campaña ha sido efectiva, ha mejorado ligeramente sobre 2019 y un resultado decente de Sumar le permite mantener opciones de investidura. Eso sí, si quiere repetir como presidente Junts se convierte en determinante a la hora de que el bloque de investidura pueda volver a gobernar.

En Euskadi, el PSE gana, lo que no sucedía desde 2008. EH Bildu pasa a ser la fuerza vasca con más representación en el Congreso, consiguiendo de paso repetir los resultados de Aralar en 2011 cuando la coalición abertzale regresaba al Congreso tras su ilegalización. Pero el dato relevante en Euskadi es que el PNV, pese a asegurar grupo propio, continúa su pérdida de votos y se deja 103.000 con respecto a 2019 en sus peores resultados desde 1989. El PSE consigue los mejores desde las elecciones generales de 2008 en las que ganó Zapatero, confirmando que el votante de izquierdas ha elegido a los socialistas como expresión clara del voto útil progresista.

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Sumar consigue garantizar el escaño de Lander Martínez, un referente del espacio en Euskadi, pero insuficiente para lanzar un mensaje de recuperación, con un EH Bildu en ascenso, alejado del discurso independentista y un PSOE con tan buenos resultados, tienen difícil volver a ser lo que fueron.

Gana el PP pero no va a poder gobernar. Sánchez confirma que nadie cree más en sus posibilidades que él mismo. Queda una larga y compleja negociación donde Junts va a tener la llave del Gobierno. El recuerdo del Ayuntamiento de Barcelona está muy reciente y Puigdemont sigue esperando su retorno. Se abre un escenario tan complejo como incierto para los próximos meses.

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