Gabriel Rufián y Oriol Junqueras se saludan en la sede de ERC el 29 de mayo. Efe

ERC recupera la 'estelada' tras ser socio de Sánchez y perder 300.000 votos

Pere Aragonès regresa a la política de bloques, llama a la unidad con Junts y se prepara ante una posible victoria de PP y Vox el 23-J

Cristian Reino

Barcelona

Lunes, 5 de junio 2023, 00:22

ERC le ha visto las orejas al lobo. En la dirección republicana hay nervios y preocupación. A pesar de disponer por primera vez en 40 años de la presidencia de la Generalitat, la formación independentista perdió 300.000 votos en las elecciones municipales. En Barcelona, ... pasó de 10 concejales a cinco; de primera a tercera fuerza, la misma posición en el cómputo global de votos en Cataluña.

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Sus votantes se quedaron en casa. Hubo un poco de todo. Decepción por el resultado del 'procés', castigo por la lucha cainita en el secesionismo y que los de Junqueras no han sabido capitalizar en las urnas una estrategia de mano tendida con el Gobierno central, a cambio de indultos y reforma del Código Penal. De alguna manera, han calado entre el votante secesionista las acusaciones de los más radicales de entreguistas y 'botiflers'.

El presidente de la Generalitat ha reaccionado de inmediato y ha llamado a la puerta de Junts para rehacer la unidad independentista. Solo hace poco más de medio año que los de Puigdemont salieron del Govern, descontentos con la vía pragmática de los republicanos, que por cierto es la que puede dar la alcaldía a Xavier Trias en el Ayuntamiento Barcelona.

Movimiento táctico

Ante la debacle electoral, ERC ha recuperado la bandera independentista, la 'estelada'. Un movimiento táctico, que puede ser estratégico, en función del resultado de las elecciones generales del 23-J. Un nuevo sopapo en las urnas puede abrir la caja de los truenos en una formación que lleva años con una inusual paz interna. Durante años, ERC ha sido un partido muy dado a los terremotos internos. Esta semana tiene dos cónclaves importantes: mañana, asamblea de la militancia, y el sábado, consejo nacional. Junqueras escuchará más críticas que nunca.

Oriol Junqueras y Marta Rovira llevan una década dirigiendo el partido con apoyos de las bases que rondan el 90%. La militancia empieza a inquietarse. Ha habido dimisiones a nivel local después de los malos resultados del 28-M y ya empiezan a salir voces discrepando con la estrategia posibilista. ERC ha escondido la 'estelada' en las municipales y su electorado le ha infligido un duro correctivo.

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El dilema que ahora tiene la dirección es si volver a abrazar la 'estelada' con Junts y recuperar la política de bloques con todas las consecuencias o seguir apostando por el entendimiento con las izquierdas españolas. Junqueras, que no cree que tenga que dimitir como presidente del partido después del fiasco en las municipales, no descarta, llegado el caso, volver a investir a Sánchez, aunque los republicanos venderán muy caro su apoyo y pondrán sobre la mesa un acuerdo de claridad para celebrar un referéndum.

Los republicanos no rectificarán su estrategia pragmática en Madrid, pero todo dependerá del resultado de las generales

Si ganan el PP y Vox y forman gobierno, Aragonès podría verse a obligado a convocar elecciones o a hacer un hueco a Junts en el consejo ejecutivo. «La hora es grave», afirmó la semana pasada Aragonès, la misma frase que pronunció Lluís Companys desde el balcón del Palau de la Generalitat el día que declaró la independencia.

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Pugna con Puigdemont

ERC no rectificará aún su estrategia pactista en Madrid, pues estaría abrazando el discurso de Junts y dándole la razón a Carles Puigdemont, enemigo acérrimo de Oriol Junqueras. Pero sí está haciendo un guiño a su parroquia y está sentando las bases de una posible unidad secesionista ante una eventual victoria de la derecha, que los republicanos dan por hecha tanto en público como en privado. El primer gesto de Junqueras ha sido en clave continuista, ratificando a Rufián, cara visible del pacto con el Gobierno, como cabeza de lista para las generales.

El independentismo sienta las bases de un nuevo pacto ante una eventual mayoría de la derecha en las generales

De momento, la llamada a la unidad no se traducirá en una lista unitaria independentista para el Congreso. Puede que tampoco para el Senado. Si acaso, podrían compartir programa y perfilan pactos en ayuntamientos y diputaciones. La negativa de ERC a apoyar un tripartito de izquierdas (con PSC y comunes) que deje a Trias sin la alcaldía es clave. De entrada, han rebajado el tono de los reproches, desde el convencimiento mutuo de que la división se acaba pagando en las urnas. Junts no ha sufrido el descalabro de ERC y ha maquillado el resultado con la victoria en Barcelona, pero no ha logrado pescar ni un voto de los republicanos.

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