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Ahora que se nos llena la boca de la palabra Europa como consecuencia de la presidencia comunitaria que este semestre ostenta España y sin saber muy bien de qué va eso llamado Bruselas (por la irresponsabilidad de nuestros políticos, por cierto), conviene echar un vistazo ... a lo que ocurre en otros socios de este selecto club de clubes llamado Unión Europea. Hubo una época no tan lejana en la que imperó durante mucho tiempo la llamada 'Grosse Koalition' en Alemania. Se trata de algo tan sencillo como que los dos grandes partidos de un país aparcan su ideología y se ponen de acuerdo en cuestiones básicas en favor de un bien superior: su país, sus habitantes. Nada de pactar con la ultraderecha... ni con la ultraizquierda, ojo.
Ahora que se nos llena la boca de la palabra Europa porque toca, no por convicción, conviene recordar que las principales instituciones comunitarias han estado regidas en las últimas décadas en base a acuerdos entre conservadores, socialdemócratas y liberales. No piensan igual, ni mucho menos, pero su bien superior se llamaba Unión Europea, los europeos.
¿Y España? ¿Qué sucede en la cuarta potencia del club? Que el país sigue resignado a elegir entre susto o muerte. El primero de los sondeos diarios que GAD3 ha elaborado para este periódico y que se publicarán hasta el día 17 evidencia que la gobernabilidad será el más difícil todavía gane el PP o lo haga el PSOE. Por partes. Alberto Núñez Feijóo ganaría por goleada, pudiendo llegar incluso a los 154 escaños frente a los 88 que logró en 2019 (el 89 era de Foro Asturias). Pedro Sánchez, pese a todo, resiste situándose entre 107 y 111 escaños (tenía 120) pero logrando más porcentaje de voto que hace cuatro años.
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Primera e ingenua conclusión desde una perspectiva europea. En el mejor supuesto sumarían 265 de los 350 escaños del Congreso (en la pasada legislatura apenas sumaron 208). El bipartidismo está resucitando con fuerza llegando a guarismos que no se conocían desde hace más de una década, cuando la 'nueva política', esa por la que ahora estamos guardando minuto de silencio tras minuto de silencio, surgió por la eclosión de la Gran Recesión. ¿Significa esto que el PP y el PSOE leerán los resultados del 23-J en clave de país y evitarán que haya que elegir entre susto o muerte? No se rían, evidentemente no.
Si Feijóo quiere gobernar deberá contar, sí o sí, con los votos de un Vox que podría perder la mitad de sus escaños. Al PP no le basta con que se abstengan, deben votar 'sí' y ya sabemos cuál es el peaje que Feijóo deberá pagar: incluirles en el Gobierno (los extremos, a diferencia de los partidos tradicionales, no suelen 'cambiar de opinión'). Lo de Sánchez es aún peor. Si quiere seguir en La Moncloa, el Frankenstein de la pasada legislatura va a ser un juego de niños con la que le espera. PSOE, Sumar, PNV, ERC, Bildu, Junts, la CUP, el BNG... Ni con todos ellos alcanzaría los 176 escaños de la mayoría absoluta, pero sí más votos que el PP si Vox decide abstenerse. Pues eso, que o susto o muerte, es lo que toca.
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