Los dos grandes partidos con posibilidades reales de gobernar el país después del 23 de julio han recurrido al tradicional asidero del voto útil tirando de un argumentario que, sin ser del todo falso, sí oculta una parte esencial de la realidad a la hora ... de justificarlo. Mientras el presidente del Gobierno y candidato socialista, Pedro Sánchez, insiste en hablar de bloques (el del bien, el suyo, y el del mal, el de la derecha) mostrando su futuro 'ticket electoral' con Yolanda Díaz, el aspirante popular, Alberto Núñez Feijóo, se desgañita reclamando su derecho de poder gobernar si finalmente gana las elecciones y aunque no tenga mayoría absoluta. Los bloques y la lista más votada, dos argumentarios engañosos que buscan crear un marco mental que no se corresponde exactamente con la realidad.
Por partes. El PSOE lleva semanas agitando el miedo para movilizar al electorado progresista a fin de evitar que el lobo, Vox, se siente en el futuro Consejo de Ministros presidido por Feijóo. Sobre el papel, la teoría dice que movilizar a la gente un 23 de julio para cualquier cosa menos para ir de vacaciones tiene que ser complicado. De ahí que Ferraz vaya con todo. O ahora o nunca. O yo o el caos. O yo y Yolanda o la dupla Feijóo-Abascal. «O seguir avanzando o retroceder veinte años».
El problema, al menos según todas las encuestas menos la del CIS de Tezanos, es que esto no va de elegir entre el ticket Sánchez-Díaz o el ticket Feijóo-Abascal. El 'pack' socialista tiene muchos más apellidos, aunque al presidente del Gobierno se le 'olvide' mencionarlo en cada intervención. Para superar la suma PP-Vox, el PSOE y Sumar deberían contar con el 'sí' de Esquerra Republicana (son aliados de Podemos, no de Sumar), EH Bildu, JxCat (sí, de Carles Puigdemont), el PNV y la CUP. Resumiendo: de todo el arco parlamentario menos PP y Vox. ¿Posible? Sí. ¿Real? No. Es lo que Alfredo Pérez Rubalcaba bautizó como «Gobierno Frankenstein» y que tantos quebraderos de cabeza ha provocado en Moncloa durante la pasada legislatura. Y a la inversa, ojo, porque todos los socios parlamentarios, menos la izquierda abertzale, han sido penalizados en sus territorios por esta alianza. ¿A que no adivinan qué exigirán ERC, Bildu y Puigdemont a cambio de un hipotético sí? Pues eso.
Sobre Feijóo y su lista más votada, más de lo mismo. El PP busca desprestigiar la posibilidad de que Sánchez se convierta en el primer presidente del Gobierno de España que no ha ganado unas elecciones generales. Se le olvida recordar que el sistema español es parlamentario, no presidencialista, y que las elecciones generales van de cosechar más apoyos en el Congreso, no de ser el más votado en las urnas. Alberto Núñez Feijóo incluso ha llegado a hablar de «devaluar la democracia».
Cuando el presidente de los populares emplea este argumentario constantemente tiende a 'olvidar' que recurrir a la lista más votada no vale sólo cuando le conviene a tu partido. Basta con tirar de hemeroteca para recordar que en política siempre hubo un tiempo mejor... y peor. Si la teoría de la lista más votada hubiera imperado hace solo unos años, ni la madrileña Isabel Díaz Ayuso ni el andaluz Juanma Moreno, los dos grandes baluartes de Alberto Núñez Feijóo, existirían hoy políticamente porque ambos lograron llegar al poder en 2019 tras perder sus respectivas elecciones.
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