Abascal se fotografía ayer con simpatizantes de Vox en Cáceres. EFE

Abascal exige al PP ceder en Murcia y Aragón como ha hecho en Extremadura

Vox mantiene su pulso para que tras el 23-J Feijóo se vea obligado a cederle ministerio

Ander Azpiroz

Domingo, 9 de julio 2023, 21:24

Santiago Abascal no ha dado puntada sin hilo en sus tres primeros días de campaña electoral, al menos en lo que se refiere a los principales lugares a los que ha acudido para pedir el voto. El primer destino del candidato de Vox fue Valladolid. ... No por causalidad. Castilla y León es la primera autonomía en la que se firmó una coalición entre el PP y la formación de la derecha radical, recién llegado Alberto Núñez Feijóo a la presidencia del PP. Allí compartió escenario con el polémico vicepresidente Juan García-Gallardo, quien levanta a la vez odios y pasiones tanto por la izquierda como por el electorado más extremista. Vox reconoce abiertamente graves desavenencias en temas como el aborto, una situación que asumen se repetirá en los gobiernos de coalición ante «los bandazos del PP», pero también reclama como mérito propio bajadas históricas del IRPF para ahorrar dinero a los contribuyentes. En resumen, unos y otros ceden dentro una coalición, justifican desde Vox.

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El plato fuerte llega este lunes con la sesión de investidura del presidente murciano Fernando López Miras, quien al frente del PP se quedó el 28-M a solo dos escaños de la mayoría absoluta. Vox se mantiene firme en no facilitarle el Gobierno sin obtener a cambio alguna consejería. En una situación parecida se encuentra Jorge Azcón en Aragón, donde Abascal realizó el pasado sábado su segunda parada de campaña. En esta región nadie tiene prisa por firmar una alianza antes del 23-J, que sí o sí deberá ser a varias bandas. A modo de presión, el líder de Vox concentró a miles de simpatizantes en el centro de Zaragoza y con termómetros a 35 grados.

Se jacta ante Sánchez

«Es bastante lamentable no haber conseguido todavía dar respuesta al mandato de los murcianos y los aragoneses», terminó por afirmar ayer Abascal desde Extremadura, su tercera parada en campaña y, donde la popular María Guardiola, entre lágrimas, aceptó por orden de Feijóo incluir a un consejero de Vox en su Gobierno. Guardiola prometió dar un paso al lado antes de aceptar, pero no lo ha hecho. Que la candidata del PP diera su brazo a torcer ha dado alas a Vox para intentar imponer su presencia en Murcia, Aragón y hasta en el Consejo de Ministros.

Abascal juega en su inicio de campaña a dos barajas, mientras presiona a Feijóo para ser vicepresidente, se jacta ante un Pedro Sánchez al que acusa de tener miedo a dar la cara en las calles. Ayer en Cáceres el líder de Vox se dio un paseo por el centro de la localidad en el que fue aplaudido en multitud de ocasiones. Eso sí, también lo hizo rodeado de un equipo de seguridad privado que en nada desmereció a los guardaespaldas de un jefe del Ejecutivo.

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