Lo que vamos a votar

La agenda oculta de unas elecciones decisivas… para los miles de políticos profesionales con que cuenta España

Jorge Alacid

Sábado, 25 de junio 2016, 12:09

26J, España vota. ¿Qué vota? Lo propio de estas convocatorias: a quién se elige presidente. Mejor dicho, a quién elegirá presidente la mayoría que logre fraguarse en el Legislativo. Pero cada papeleta contiene también una promesa de futuro: cómo se organizará nuestra convivencia, qué ... prioridades escalarán por la jerarquía de la agenda pública, qué modos imperarán en la estética de la política patria. Votaremos incluso si hay nuevas votaciones: si el bloqueo parlamentario se mantiene y en consecuencia toca regresar a las urnas dentro de otro medio año. Si por lo tanto seguimos en campaña electoral permanente.

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Porque ocultas entre las grandes frases del programa de cada partido, al menos en el corazón de cada elector deberían figurar no obstante algunas evidencias centrales, decisivas para organizar su vida diaria. Deberá recordar cuando entregue su papeleta que el fraude y la evasión fiscal suponen un agujero negro en las arcas públicas, con impacto directo sobre el bolsillo de cada contribuyente fetén, ese que no engaña a Hacienda: dos mil euros le cuestan cada año de media en impuestos tanto compatriota caradura.

Tampoco deberá olvidar el votante riojano otro dato escalofriante: en un marco general de sombrío desempleo, resulta que cada trabajador de La Rioja contribuyó a su manera a que durante el 2015 hubiera más de medio millón de horas extraordinarias, el 11% más que el año anterior . ¿Cómo se explica este atropello al sentido común? Porque en paralelo tampoco dejan de crecer las estadísticas de absentismo laboral, que sitúan a España como siempre en esta clase de cuestiones: por encima de la media europea.

Habrá a quien estos asuntos le parezcan menores, destinados a integrar la letra pequeña de lo que está en juego en cada elección. Habrá quien por el contrario opine que en esta calderilla de cuestiones se juega en realidad el futuro de un país. Un país que todavía tiene pendiente despejar otras incógnitas que merman su capacidad de progreso: en España contamos con 3.000 políticos profesionales. Si cada uno de ellos estuviera entre los mejores hijos de la nación, seríamos imparables.

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