Rajoy extrema la polarización y reclama unir fuerzas contra Podemos

La polarización ha alcanzado hoy sus cotas más altas. Rajoy agita el fantasma de Podemos, el de la ruptura con el pasado y la involución de la situación económica, para movilizar a todo su electorado. Especialmente, a aquellos que decidieron castigar al partido con la abstención o la papeleta a Ciudadanos. El presidente ha encontrado una causa superior con la que pretende que la corrupción o los recortes pasen a un segundo plano en el examen de los españoles. Sé que hay mucha gente que nos retiró su apoyo el último año, pero estamos en unas elecciones de enorme calado y cobra fuerza el adagio de que la unión hace la fuerza, ha explicado a las claras. Más explícito que nunca.

Si el voto moderado se une en torno al PP, perderán los radicales y extremistas; si se divide en dos o tres fuerzas políticas saldrán beneficiados los extremistas, ha resumido para disuadir a todo el espectro del centro político de apostar por otro partido, por cualquiera de los dos, Ciudadanos y el PSOE, que rechazaron su oferta de gran coalición. Vamos a ver cuáles son los resultados en términos de partido de esas fuerzas que no quisieron atender la llamada que nosotros planteamos, que era la de la moderación, sensatez y sentido común, ha augurado.

Malagueños y boquerones

A ratos más Rajoy que nunca, el candidato popular ha ensalzado la ciudad de Málaga como el mejor destino turístico del mundo, porque, además, hay malagueños o boquerones, como se denomina a los vecinos de la capital. Esta provincia es una de las piezas clave del PP. El partido aspira a conservar los tres escaños que logró en los pasados comicios y evitar que Unidos Podemos irrumpa haciéndose con el tercero.

No se plantea "un paso atrás"

Rajoy ni se plantea dar un paso atrás ni percibe que su presencia al frente del PP sea la causa del enquistamiento de la situación política española. Yo no soy ningún obstáculo, obstáculo fueron ellos, ha apuntado al PSOE y Ciudadanos, las dos formaciones con las que aspira a cerrar una coalición y a las que responsabiliza de haber colocado a un partido extremista y radical como segunda fuerza política y haber largado a los socialistas a la tercera posición por sus prejuicios. Alguien tendrá que explicar cuáles son los beneficios de esta operación, primero para España y luego, para ellos, ha lamentado el candidato popular.

El presidente del Gobierno en funciones encuentra especialmente en el rechazo de Sánchez a dialogar con el PP la causa de unas segundas elecciones y de que la situación del PSOE haya empeorado. Su apuesta tras los comicios del 20-D volverá a ser la misma: la propuesta de una coalición con los socialistas y Ciudadanos, o como alternativa, el gobierno en minoría de la fuerza más votada. De no aceptar las otras formaciones la oferta, Rajoy entiende que algo tendrán que hacer. No creo que pretendan llevarnos a unas terceras elecciones. Yo quiero descartarlas, porque es lo que nos faltaba ir a unas nuevas elecciones por el capricho de algunos, ha presionado en una entrevista en TVE.

Mientras tanto, encara la recta final de la campaña con un llamamiento a aglutinar el voto del centroderecha en torno a las siglas del PP para plantar cara a Unidos Podemos, teniendo en cuenta que la ley electoral prima la concentración de apoyos con más escaños. El señor Iglesias ha hecho la coalición con IU y por eso es segunda fuerza, y por eso la coalición ahora en España tienen que hacerla los españoles moderados, ha insistido. Horas después, en Malagón, Ciudad Real, su primera visita de la jornada, ha subrayado: "La unión hace la fuerza".

Ese es el objetivo primero de los populares, alcanzar la victoria para hacerla valer frente a los pactos que puedan promover el resto de fuerzas. Convertirse en la lista más votada para enfrentarse a un Parlamento en el que Rajoy no ha encontrado aliados. Esas son cosas que se dicen pero yo de momento estoy bastante bien acompañado por una mayoría de españoles -ha replicado-; siempre es mejor estar acompañado por una mayoría de españoles que por algún dirigente político.