Nostalgia de la corbata

Hasta en el PP optan por la vestimenta informal: lo nuevo da votos

Jorge Alacid

Domingo, 19 de junio 2016, 13:57

Adminículo que antaño otorgaba un suplemento de prestancia a la indumentaria masculina, la corbata se ha convertido por el contrario en el tiempo abierto por la nueva política en un bulto sospechoso, merecedor en consecuencia de ser desterrado de la vestimenta del candidato, puesto que ... lucirla como era hasta hoy habitual encierra un peligro: que quien la lleve aparezca de repente viejo. Más que viejo: viejuno. Rematadamente anticuado. Muy camp.

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Un riesgo que nadie en campaña quiere correr, porque la adoración de lo nuevo simplemente por el hecho de serlo se ha convertido en el becerro de oro. Y, sin embargo, el valor de la experiencia que exhibe como atributo máximo el presidente en funciones y candidato a revalidar trono en Moncloa, don Mariano, resulta el favorito de las encuesta. Claro que el ínclito Rajoy también aparece siempre que puede a cuerpo gentil, en mangas de camisa mientras visita un campo de alcachofas por ejemplo. Pero es cierto que maneja los códigos con una misteriosa pauta imposible de descifrar: la corbata aparece y desaparece de su atuendo mientras que sus rivales presumen, por el contrario, de prescindir de ella siempre que pueden. Es que ellos, ya se sabe, son los nuevos.

Véase cómo ese profundo debate ideológico (corbata sí, corbata no) impone un estilo común en los políticos riojanos, de modo que a simple vista resultaría difícil señalar para qué listas piden el voto. La foto que ilustra estas líneas evidencia que incluso en el PP que dirige el mentado Mariano se impuso la moda recién implantada por Rivera e Iglesias, a la que también se abandonan Luena y los suyos según el modelo que preconiza su jefe Sánchez. Una multitud de políticos, ninguna corbata. Me pregunto qué será lo siguiente. ¿Rajoy con coleta?

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