La Junta Electoral deniega la objeción de conciencia al insumiso Iker Zabaleta

La Junta Electoral ha resuelto «denegar la excusa presentada por no ser causa tasada ni venir tampoco contemplada en la Instrucción de la Junta Electoral Central» y cierra la resolución sin permitir recurso. Iker Zabaleta ya esperaba esta respuesta. No obstante, parece mantenerse firme en su decisión y, aunque no presentará más alegaciones, porque estas no son permitidas, advierte de que no se presentará el próximo domingo, como le exige la ley, en el colegio electoral para ejercer como suplente del primer vocal. Lo hará sabedor de las posibles consecuencias: pena de prisión de tres meses a un año o multa de seis a veinticuatro meses por delito electoral; pero él insiste en que «el sistema electoral y sus obligaciones atentan contra mi conciencia y mi libertad».

Zabaleta sí ha hecho pública una respuesta en la que argumenta su decisión y futura actuación. «Me ratifico en mi escrito, ya que la justificación de mi pretensión es la libertad ideológica y mi propia ideología, la cual es un hecho notorio del que mi comunidad es conocedora», advierte Iker Zabaleta. Pero, al margen de su ideología, también expone una razón laboral. Y es que este joven de 32 años, vecino de Munilla, dirige una granja de conejos, «un sector en grave crisis estos últimos años y al que la administración no ayuda, así que el domingo estaré trabajando, por si alguien quiere venir a buscarme. Los animales no se toman vacaciones y mi obligación inexcusable con ellos es diaria».

«Democracia no es votar una vez cada cuatro años», entiende Iker Zabaleta, quien asegura: «Me indigna ver tantos casos de corrupción y su impunidad [...] Si la Justicia está para servir al pueblo, me pregunto a quién sirve y dónde está, me cuesta mucho verla». Según Zabaleta, «más de 50.000 personas no nos presentaremos este domingo a formar parte de las mesas electorales, no hay estadísticas oficiales porque no interesa mostrar una realidad incómoda del sistema», y afirma que, en estos casos, las mesas electorales se recomponen con las primeras personas que acuden a votar a las mismas. «Y yo insisto, no me falta razón para no ir el 20D», reitera, comparando su postura con la «de la monja de clausura que no va a participar en la mesa electoral porque su reino no es de este mundo».